Llega al buzón del dr.Rolls un testimonio único, ideal para completar un capítulo apasionante más de nuestro tradicional 'Gente que estuvo allí'. En esta ocasión se trata de un personaje que se hace llamar Mylodon y que alimenta un precioso, tierno y descacharrante blog sobre la capital de España que ustedes no se deberían perder.
El Mylodon tuvo una experiencia mística que confirma la sospecha: Paul no ha muerto. Sin más preámbulos, aquí les dejo con su testimonio en primera persona.
>>Aquel día, mientras planchaba mi deprimente camisa negra de algodón de camarera de catering en algun lugar de Londres, nada hacía presagiar que pronto me encontraría en presencia de la grandeza. No me entendáis mal: mi camisa era deprimente por ser negra, no por ser de camarera de catering. Aquel trabajo, que habia encontrado de pura casualidad al llegar a la capital del Imperio, en realidad me encantaba. Solíamos ofrecer comida en acontecimientos de la vida sosial londinense muy interesantes que tenían lugar en las tripas de lugares a los que jamás en mi vida habria pensado que podría acceder. Pagaban bastante bien. Y ademas no tenía que pensar. Sólo llevar de aquí p’allá bandejas llenas de comida muy rica que a veces uno podía probar. Aquella tarde tocaba ir a las salas del Natural History Museum, donde se iba a celebrar la fiesta de clausura de la London Fashion Week.
>>Lo cierto es que cuando caminaba por Kensington Road hacia ese templo del darwinismo que es el museo de historia natural de Londres iba pensando: "A lo mejor hoy me alegra la vista algún famosillo". Solía ser habitual toparse con celebrities en el tipo de actos en los que Rocket Food -que así se llamaba la empresa para la que trabajaba- ofrecía sus servicios. Ya le había dado la cena a Boris Johnson, el alcalde de Londres, ofrecido refrigerio a Josh Harnett, servido almuerzo a Brandon Flowers y recargado la copa a Elle McPherson. Así que no era nada descabellado pensar que esa noche habría algún habitual de los front row, en el festejo frivoluno. Lo que no se me ocurrió pensar es lo que alegremente nos comunicó el gerente del chiringuito canapero -un tipo llamado Michael, que por cierto nos trataba a la "legión negra", a.k.a “los camareros”, como si fuésemos cucarachas- cuando nos ofreció su habitual speech preparatorio: “Esta fiesta la ofrece Stella McCartney en honor a su madre, Linda, que como sabéis era vegetariana y por eso todos los canapés que ofreceremos serán vegetarianos. Nos han dicho que es posible que Sir Paul se encuentre entre los invitados. Queda terminantemente prohibido hacer fotos. Y por otro ladoffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff...”
Mi cerebro ya no podía procesar más información... En mi cabeza ya sólo resonaban dos palabras, como el ritmo de un metrónomo loco: Sir=Paul, Sir=Paul, Sir=Paul. "Ha dicho Sir Paul?”
>>Le pregunté a uno de mis compañeros, así como fingiendo calma. Viendo que nadie me contestaba con certeza, los nervios aumentaban. “¿¿Ha dicho Sir Paul??” Le pregunté a otro, que me parecía mas espabilado. Nada. Ya histérica, empece a preguntar a diestro y siniestro. “¿¿¿¡¡¡¡Por Dios Santo, ha dicho Sir Paul, si o no???!!!”. Que sí, mujer, que sí, ha dicho Sir Paul, me contestó por fin uno, que me lanzaba miradas reprobatorias, como si viese en mí a una Mark Chapman en potencia. A mí me parecia imposible que a toda esa gente se la sudara de tal forma que un Beatle fuese a estar entre nosotros aquella noche. Pero os juro que así era. A nadie le importaba tres conchones. El caso es que reconocida e identificada la situación -aquella noche era posible que me encontrase con Paul McCartney EN PERSONA- empecé a examinar el espacio por el que los cincuenta camareros deambulariamos a lo largo de la noche. Como un terrorista de 'La Jungla de Cristal' le di un repado visual a las salas abovedadas, la escalera de mármol, el dinosaurio gigante del recibidor... y en seguida me di cuenta del problema: aquello era demasiado grande y cuando se llenase de gente sería imposible saber si Paul se encontraba en algun rincon. Así que fui uno por uno pidiéndole a todos mis compañeros (muchos, completos desconocidos), que por favor, por favor, POR FAVOR, si veían a Paul McCartney en algún rincón de la sala, por favor, por favor, por favor, me lo dijesen.
>>Ya le habia ofrecido tempura de verdura con alioli a Tracy Emin y crocante de campiñones a Kate Hudson cuando alguien me cogió por el hombro y me llevó hacia la luz. “Ahí está”, me dijo Juan, un bueno amigo. “Ahí está. Pero no vayas a ofrecerle más, que todo el mundo le ha ofrecido ya cien veces”. Y sí. Era cierto. Ahí estaba. Aquel hombre menudo con traje de chaqueta azul marino y corbata que lucía en los pies unos ridículos playeros tipo New Balance y en la cabeza un peinado propio de una señora de setenta años era Paul, el beatle muerto, vivito y coleando. Y a mi me importaba bien poco que una legión de cuarenta y nueve camareros ya le hubiese ofrecido comida. Por mis santos huevos iba a HABLARLE A UN BEATLE. Allá fui, con mi deprimente camisa de algodón negro de camarera de catering y una bandeja llena de pinchos en una mano. Me puse frente a él y le miré a la cara. ¡Quería verle la cara!. Mis ojos se pusieron en modo Robocop absorbiendo toda la información posible a una velocidad imposible. ¿Qué vi? Vi a un señor muy mayor pero con cara de niño con una tez rarísima, muy brillante, con dos mofletes colgantes rarísimos que me miraba con gesto de asco: "Would you like some aubergine and courgette gratin, sir?", le dije. Con un aburrimiento infinito me contestó: "No, thank you". Pero a mi me sono como si me hubiera dicho esto...
>>Justo después, con las manos temblorosas y la voz rota, me piré a la cocina -donde el ejército cucaracho tenía sus cuarteles generales- a llorar de emoción un rato. Nadie entendía qué coño me pasaba.
Ahí está, señoras y señores, el testimonio real y unico de que Paul está vivo y mantiene su peinado. Gracias al Mylodon por su generosidad para con este Rolls y todos sus lectores. No olviden que pueden seguir las aventuras del Mylodon aquí.
Besos y abrazos.
Fin de temporada
Hace 1 año
5 comentarios:
¡¡¡El mylodon ha visto a Josh Hartnett!!!
Esto no puede quedar así.
qué emocionado se halla el milodón ante esto! gracias mate-rolls!
Señorita Rottenmeier: con Josh Harnett crucé incluso más de cuatro palabras, porque me pidió por favor una botella de agua! Y es incluso más guapo que en las fotos
Mylodon, parece que tenemos un pasado común. Me has hecho recordar "aquellos maravillosos años" solo que yo tuve la "ventaja de ser optimista" y vestía de blanco.
Aunque algo me llevé de la flema inglesa y terminé por ignorar a los famosos. No recuerdo el nombre de ninguno de los que alimenté y di de beber.
Calma, calma.
Abriremos un blog sobre Josh Hartnett, no preocuparse.
Por cierto, ¿quién es Josh Hartnerrrr?
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