...Y QUIZÁ TE QUIERA. Por Alberto MATE aka Dr.Rolls & Reverendo Royce

Este blog pretende ser una suerte de viaje sentimental, un diario personal, un anecdotario vital, una visión subjetiva y personal, qué sé yo, un TODO alrededor de los Beatles. Fanatismos aparte, no se debe confundir con una enciclopedia: los datos sobre los cursimente llamados Fab Four ya se encuentran en la red y en miles de libros; no deseo aturullarles con cifras, fechas e historias manidas. Pasen y disfruten, un splendid time está guaranteed for all.

jueves, 29 de abril de 2010

Video literal

Se extienden como un virus en un jotmail los 'videos en versión literal' de canciones conocidas. Esto consiste en 'customizar' la letra acorde con las imágenes que van saliendo en pantalla. La cosa tiene bastante humor y ayuda a desdramatizar muchos momentos épicos de los años ochenta, por ejemplo. Este que les muestro de los chicos tiene su miga; la era sesentera sicodélica da mucho juego para que nosotros los modernos posmodernos nos riamos de ella en condiciones. A ver qué les parece.

viernes, 23 de abril de 2010

El ride de Ringo...

...y el untado de mantequilla.
Ya es hora de dedicar una entradita al señor don Ringo, el bitel más simpático a la par que divertido. Y no por simpático ni jocoso, sino por ser 'el batería de POP' por antonomasia, por haber abierto caminos a las siguientes generaciones de baterías. Muchos creeran que exagero. Nada más lejos de la realidad. Bendito seas, ave Ringo.

Como lo oyen...
Hubo un tiempo en el que no todo era tan sencillo ni inmediato. A ese tiempo se le llamo 'era pre-internet', y conseguir el objeto del deseo formaba parte de una aventura que hacía más placentero el disfrute uno vez conseguido el objetivo. Ese ejercicio de investigación generaba aficiones, producía excitación y, porqué no, envidia al dueño del objeto deseado. Les estoy hablando de los años '80, cuando el cortinglés, -ese lugar-, tenía un video club que era el centro videográfico del reino, la diversión y el ocio del fin de semana. Eso, y un sangüis mixto.

Un día, entre los cienes y cienes de películas de todas las épocas encontré un documental sobre los chicos. Se titulaba 'The Beatles', así como se lo digo. No dudé en alquilarlo -no, esta vez no me lo metí por el pantalón- y hacer copia privada en casa formato VHS (teníamos dos reproductores, manías de padres, solía volcar pelis de video a video en tiempo real). Vamos que sí, que me pirateé aquel documental que repasaba la historia del monstruo paso a paso, con un doblaje horrrrroroso con voz en off de un narrador incapaz de pronunciar los títulos de las canciones, un sonido lamentable, y una imagen borrosa empeorada aún más por la pérdida de calidad de mi copia. Me dio igual: vi ese documental cientos de veces, a solas, con mis amigos, con el grupo del cole, de la facultad. Lo vi más veces que mis hermanas 'Grease' (bueno, me he pasado...). Lo vi hasta que se salió la cinta magnética de la caja.

Unta que te unta
Pero vamos a lo que vamos, que me pongo cebolleta y así no hay manera de avanzar. En ese documental había una escena muy celebrada entre mis colegas y yo. Esa escena es parte del primer concierto que los chicos dieron en Washington, recién llegados a la américas entre la histeria colectiva. Ese concierto es muy friki porque el escenario era circular y Ringo estaba subido a un podio que se giraba a mano. No se crean que había pipas o asistentes, no. La mano era la de Lennon o cualquiera de los chicos. Bueno, pero lo que les decía, ese concierto lo sostienen las muñecas de Ringo, como les digo, y era su fascinante movimiento de untado de mantequilla sobre el charles lo que nos hipnotizaba. (El charles, además del eterno príncipe de Inglaterra, es la pareja de platillos a la derecha de la batería según se mira de frente. Ringo lo toca con su mano derecha y se puede abrir o cerrar con el pedal que hay en el pie sobre el que se sujeta. Lo siento, vaya lío, será mejor que vean el video...). Gracias internet por facilitarme la labor de investigación. Fíjense bien, sobretodo en las tomas de perfil:



Fascinante. ¿No es maravilloso? Podríamos denominarla 'la escuela del untado del mantequilla' o 'el butter school'. Ese charles abierto es el sonido de la bitelmanía: la alegría y el desparpajo, Ringo sonríe y el charles también sonríe, ¿no lo ven?
Pero no se vayan todavía, aún hay más.

El ride
No contento con untar su charles a base de baquetazos, Ringo también le da de lo lindo al platazo que se sitúa a la izquierda de sus pantallas según miran de frente la batería. Ese plato paellera se llama 'ride' y es el plato sobre el que se sujeta el jazz. (Digresión. Esto me lo enseñó Noah Shaye, batería con el que grabé 'Olivia' de Plastic d'amour: el jazz se toca de arriba a abajo, esto es, se da prioridad a los platos aéreos y el número de golpes va descendiendo a medida que bajamos en el instrumento, siendo el bombo el ultimísimo recurso. Con el rock pasa lo contrario: se toca de tierra a cielo, comenzando con un buen bombo ya de primeras, patapum y tentetieso para que sepas lo que hay rockin' rockin' yeah; vamos, como en esas pelis donde te dan el susto al principio...) Pues bien, nuestro personaje lo hace sonar 'rock', como si tuviera alrededor a cien mil adolescentes histéricas capaces de eclipsar el sonido de un turboreactor y conquistar Rusia en pleno invierno. Y es ese sonido bitelmaníaco el que está registrado en los primeros discos de los chicos por el célebre técnico de Abbey Road, Norman Smith (o Nórmal), señor del que ya hemos hablado en una entrada anterior.
Miren miren, compruébenlo ustedes mismos y no se pierdan el final de este video, con espontáneo incluído:



Qué buenos son. Maldita sea.

Y también los redobles
Hace poco leí un viejo Mojo donde Dave Grohl -batería de Nirvana- habla de las maravillas de Ringo. Según él, la clave de Ringo es que es un batería 'melódico' más que percutivo, esto es, que acompaña la melodía de la canción con sus arreglos, su actitud, y esos fantásticos redobles de caja marca de la casa que hacen vibrar las canciones. No puedo estar más de acuerdo, por eso antes decía que cuando Ringo sonríe la batería sonríe. Además, según Grohl, su estilo marca la diferencia aún hoy entre la forma de tocar de los bateristas ingleses y los bateristas americanos. Creó escuela, y parece que los súbditos británicos siguen aún el camino que abrió el chico de los anillos.

Y eso es todo amigos
No sé si les he convencido o ya lo estaban. Quizá no sea ésa la cuestión. Ustedes déjense llevar, eso es lo importante, y si prefieren Foo fighters a Nirvana... es que están en el blog equivocado.

Y ahora, para rematar esta borrachera de videos les dejo con mini-ringo, un nuevo caso de joselito de la batería... y la voz. Estremecedor.

jueves, 15 de abril de 2010

Vivir en los Condicionales

Y si hubiese estudiado esto en vez de lo otro, y si hubiera comprado esto en vez de aquello, y si hubiera respondido esto y no lo otro, y si me hubiera comprado un perro en vez de un gato, y si no hubiera dejado a este novio/novia, y si no llego a, y-si-doro... (disculpen este último chascarrillo).
Vivir en los condicionales es un infierno que no le recomiendo a nadie. De hecho, yo mismo he vivido en los condicionales desde la más tierna infancia; es una enfermedad que poco a poco he ido curando o, más bien, la edad ha ido curando. Uno aprende a relativizar y, sobretodo, a reírse de sí mismo. ¡Oigan todos! ¡Huyan de los condicionales! ¡Háganse incondicionales de lo incondicionales!

Y si...
Se cumplen 40 años de la separación de los chicos y se suceden los artículos de prensa y topicazos de siempre. ¿Pasarán más de mil años muchos más y los seguiremos escuchando? Peut-etre (no sé si el ^ va en la primera, segunda o tercera 'e'). Uno de los tópicos más manidos es el empleo del condicional: ¿Y si no se hubiesen disuelto? ¿Y si hubiesen seguido publicando discos? ¿Y si hubiesen vuelto de gira? ¿Y si Yoko se hubiese atragantado con un palito de cangrejo?... Pues bien, si quieren encontrar respuestas a todas estas preguntas en este Rolls... no se han equivocado. Súbanse porque arrancamos.

Queremos saber
El universo tiende al caos y la depravación pero, en realidad, todo guarda un orden interno. Uno de los momentos de mayor lucidez de los 4F, aparte de las ruedas de prensa en USA, se produce cuando sir Paul va al juzgado para pedir el divorcio con la banda. Es la muerte final -sin resurrección- el momentazo shakespiriano propio de una banda británica: una creatividad desbordante mantenida durante 8 años de producción imparable en la crrresta de la ola y en plena juventud -recordemos que Ringo, el mayor de ellos, cumple los 30 años en el año de la separación-. Sublime final para una carrera sublime: '...the rest is silence.'

Y ahora pregunto yo: ¿de qué sirve lamentarnos? ¿Para qué seguir dándole vueltas a la tortilla? Miren, papá no va a volver. Papá ya lo había hecho todo en el pop. De hecho no nos ha dejado nada nuevo que inventar al resto... ¿Por qué íbamos a necesitar que los chicos se reuniesen de nuevo, hiceran giras a lo Rolin', produjeran un nuevo disco, etc.? ¿Es que acaso les quedaba algo por inventar?

- Señor Rolls, sr. Rolls, yo tengo algo que decir...

- Ah, maldito subconsciente, ¿qué deseas ahora? A ver.

- Repase usted el comienzo de las carreras a primeros de los 70. Todos ellos tienen temazos y temazos que podrían haber llenado varios nuevos discos del monstruo.

- Vale sí, el largo Imagine de Lennon tiene grandes canciones (pasé una buena época enganchado a este disco maravilloso), también se dice que el RAM es una genialidad de si Paul (mmmh, bueno), y qué decir del All things must pass. Ahí había madera y más madera para alimentar al monstruo, no lo niego. Vale sí, que los chicos habrían publicado discos excelentes en los años 70 no lo dudo. Pero, ¿adónde quiere llegar mi querido inquilino del hipotálamo?

- Quiero hacerle ver que usted, como buen bitélmano desea en lo más profundo de su subconsciente que los chicos no se hubiesen separado jamás, que hubiesen continuado tan creativos, emocionantes y jóvenes hasta el día de hoy -y usted también-. Y que hubieran girado y usted los hubiese visto.

- Sí... puede ser, quizá... claro, si los chicos hubiesen... ¡NO!¡Basta ya! No quiero oir una palabra más. Me atormentas con tus reflexiones, maldito subconsciente. ¡Vuelve a tu caverna en el cerebro reptiliano y déjame vivir con mis felices razonamientos engañosos!

- Ah, humanos, si racionalizaran menos y soñaran más...

Nostalgia no, gracias
No hagan caso a mi subconsciente; la nostalgia no es lo mío y jamás desearía que los chicos se hubiesen reunido al día de hoy cual dinosaurios del pop (en caso de que Lennon ni Harrison no hubieran desaparecido, of course). Me permito eso sí, y por mera vocación arqueológica, ir a ver a los viejos del lugar pero reconozco que sufro. Lo hice -sufrir- y mucho al ver hace muy poquitos años a Brian Wilson, sobretodo cuando miró su reloj de pulsera durante uno de los pasajes más emocionantes de God only knows. Acabáramos. Incluso me dio cierta pereza ver a sir Paul en La Peineta, hace cosa de un lustro. Había que verlo, lo hace tan fácil sobretodo él solito con su guitarra y su voz, que había que verlo. Cada momento tiene su música, y los chicos ya plasmaron su momento en su momento. Para que me entiendan, prefiero al día de hoy disfrutar un buen concierto de Arctic Monkeys que uno de Crosby, Stills, Nash... and Young con canas.

Conclusiones
Que el pescado ya está vendido, que lamentarse no deben, y que disfruten de la discografía de los chicos, que no es poca. Y si tienen la oportunidad de ver a sir Paul en directo, no la pierdan, porque ya eso es casi lo único que nos queda, a no ser que a Ringo se le ocurra aparecer un día por la península.

Y ahora, para ir terminando, les propongo este divertido y ameno juego del condicional que acabo de idear. Es una buena terapia para reírse del mundo de los condicionales. Hagan juego, prueben, elijan la respuesta ustedes mismos. Ahí va.

Si los bitels no se hubiesen separado ahora estarían haciendo...

1. Jevi metal. (Esta respuesta es un clásico del patio de colegio. Más de uno en los '80 afirmaba rotundamente que si Mozart estuviera vivo haría jevi metal ante mi perpleja mirada. Me pregunto cuál sería la razón que empujaría a Mozart a ponerse pantalones de pitillo y componer una música con raíces en el blues...)
2. Ganchillo como Queenie, la madre del bajista de los Who (que en paz descanse)
3. Giras mundiales con U2 (si quisieran ganar másss passsta aún)
4. Teloneando a unos maltrechos Oasis. (En caso de que estuvieran en horas muy bajas, perdida la reputación y 'from lost to the river').
5. Componiendo jingles. (Para Apple, por ejemplo)
...
A gusto del consumidor: se admiten propuestas y más posibles respuestas...

Nota a pie de página:
La ilustración que ennoblece esta entrada es obra del espléndido ATA. Pueden y deben consultar su 'bloj' para mayor regocijo y a ser posible en horario de oficina.

miércoles, 7 de abril de 2010

La ambición

Más temas concernientes a la humanidad. Aquello que nos pica por la noche en el subconsciente, en sueños, cuando usted está dormido o despierto. Quizá uno de los motores más potentes que nos mueve a los bípedos pensantes: la ambición. Suelto unas líneas al aire a ver qué les parece.

'Nórmal'

La obsesión de Lennon no era ser rico, famoso e influyente; él quería simplemente formar parte de 'the best fucking band in the world' junto al resto de los chicos. Parece que se concentró muy fuerte en ello porque lo consiguió. Cuando entró por primera vez en los estudios de Abbey road ya se lo creía: él era 'Lennon' y estaba en 'the best fucking band in the world', así que no se arrellanó (disculpen el palabro) a la hora de enfrentarse a las vacas sagradas del estudio. Norman Smith, el mítico técnico que tiempo después produciría a los primeros Pink Floyd,-en la foto, atrapado por el monstruo de 4 cabezas-, pasó a llamarse 'Normal' -acento en la 'o'- en la boca ácida del líder Lennon. "¡Qué pasa 'Nórmal'!" (No me digan que no es hiriente, se tome en el tono que se quiera. A mi me llaman 'Normal' en mi lugar de trabajo y me hundo). Pero no nos vayamos por las ramas.

Huevos revueltos

La ambición de sir Paul (amén de alcanzar la aristocracia) era componer un 'Yesterday'. Puso tanto empeño y tanta fuerza que al final lo consiguió. Lo gracioso del tema es que el tipo, en el momento de componerlo, no supo ver el potencial de una canción a la que inicialmente tituló 'Scramble eggs' (huevos revueltos), dándole un aire cabaretero y burlón. Menos mal que una corriente de sensibilidad aireó sus neuronas y rápidamente adaptó una letra más bucólica a la preciosa melodía y añadió un cambio -why sheee had to gooo...- con el giro emocional de la pérdida. Lágrimas en los ojos, el madrigal estaba completo. Bravo por sir Paul.

Yorch también

Harrison (Yorch para los amigos) ponía todo su empeño en arañar surcos de cada album a sus hermanos mayores de grupo. Colocaba las canciones que podía o le dejaban. Su ambición le llevó más allá -ríe el último, ríe mejor- : se contentó con completar el triple 'All things must pass', que no es poco. Fue una expulsión, vomitona y todo lo que quieran en toda regla; se vació para demostrar que estaba al mismo nivel o más que sus compañeros de grupo. Se dejó una barbaza, se pudo un sombrero de gnomo, y remató un proyecto ambicioso, grandioso con todos los osos que le quieran poner. Hasta participó un joven Phil collins con las maracas, no les digo más.

...Y Ringo

La ambición de Ringo era untar mantequilla en el charles y hacer sonar el ride como si 100.000 adolescentes histéricas estuvieran chillando en un estadio de beisbol. Todo esto se merece una entrada completa, así que les prometo que pronto tendrán unas reflexiones sobre la mantequilla y el ride de Ringo.

Camino de la Abadía


Pero a lo que iba y les quiero contar. La ambición mueve montañas, aquí va una de ellas.
Tengo un buen colega músico que el otro día me confesó su última obsesión: grabar algún día en un futuro más próximo de lo que yo pienso en los míticos estudios Abbey Road. No me pareció una idea muy descabellada, o quizá sí. Tal como está el patio y las noticias que nos llegan sobre la ruina que supone mantener unos estudios como estos, está claro que la clave principal para entrar en el vientre de la ballena actualmente no consiste en hacer gracia al George Martin de turno ni ser los nuevos radiohead. Actualmente la clave está en eso que los ingleses llaman 'money'.
Mi colega me decía que quizá no sea tanto money como pensamos. Aún no ha investigado los cachés de los distintos estudios (aunque lo suyo sería ocupar el '2', naturalmente, para sentirse totalmente 'four-favorecido'). Por lo pronto me envió este video que aquí abajo les despliego. Se llama 'Paul and friends'. Parece que un anónimo Paul (no confundir con nuestro 'sir') y sus amigos decidieron un buen día encaminar sus pasos a Abbey Road para grabar una bonita canción que habla sobre grabar una canción en Abbey Road. La letra es algo ñoña y gazmoña, pero la música está muy lograda. Parece una buena banda la de Paul, que debió pagar sus buenos cuartos para poder contar algo realmente emocionante a sus nietos. Save Abbey Road!

(Les digo una cosa: pienso acompañar a mi colega el día que se dirija camino de la Abadía. Allí estaré, hecho un monje bitélmano para grabar un nuevo disco de Mate si necesario fuere. Les mantendré informados.)


Datos personales

Mi foto
Madrid, Spain
Es compositor, productor y arreglista en musicasdecamara.com *********** Aparte de su proyecto musical personal M A T E (www.matelaweb.com), Alberto es parte del duo Plastic d'amour, y colabora con Las Escarlatinas, Cristina Georgina y Beldivioleta. ****** Su trabajo más reciente ha sido la producción del libro-disco infantil 'Casi un musical' que será publicado en el sello SIESTA (www.siesta.es) a primeros de 2011. En él colaboran Irene Tremblay, Loquillo, Malcolm Scarpa y Jabier Muguruza. *******

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