No recuerdo dónde compré el album Abbey Road. Lo que sí recuerdo es que, tiempo antes de comprarlo, lo cogí prestado de una biblioteca en un pueblo del sur de Illinois en la américa profunda de los hermanos Coen, lugar donde residí surante un año cuando era adolescente. En la biblioteca de nowhere land había una buena colección de vinilos, cosa que a un españolito -en obras- como yo le dejaba un tanto alucinado. Por aquel entonces, en ssspaña sólo se podían escuchar vinilos -siempre previa a su compra- en el corte inglés y en otras tiendas de discos. Esto es 'jolivud', me dije, y tomé prestado el Abbey Road, última grabación de estudio de los chicos todos ellos juntos. Nervios.
Por aquel entonces yo funcionaba con un walkman de musicasete que me acompañaba como un marcapasos, así que lo primero que hice al llegar a casa fue pinchar el vinilo en el plato de la cadena y conectarlo a eso que se llamaba 'pletina' o reproductor de musicasetes para grabarlo en una cinta TDK o en su defecto BASF (pronúnciese baffffs). Hasta ahí todo normal.
Y es aquí que llega el quid de la cuestión. Escuchando el cuarto corte correspondiente a la maravillosa canción titulada 'Oh darling', y cuando quedaban unos compases para terminar, me llaman al teléfono y corto la grabación justamente en la emocionante subida a grito pelao de la frase final 'I'll never doooo youuu…'. CLIC! Stop.
Llamada cotidiana de amigo, intercambio de chascarrillos, bla bla, cuelgo, y continúo la grabación del disco en el siguiente corte.
Conclusión: durante meses y meses estuve convencido de que 'Oh darling' se remataba con ese corte abrupto final i'll never dooo youuuu… clic! … y comienzo de 'Octopus's garden', y lo tomé como una genialidad más de los bitels. Los mejores.
La anécdota es una tontuna, lo que quiero transmitirles es que dentro de la obra maestra -Abbey Road- , esta canción siempre me ha parecido un temazo. Al fin, cuando descubrí que, efectivamente, había final y que el final era un final típico de ese tipo de canciones, me siguió pareciendo un temazo y la vida continuó como si no hubiera pasado nada.
Por qué Oh darling
Pues no sé por qué razón 'Oh darling' siempre me ha tocado la fibra sensible, quizá por el bonito arreglo de bajo a toda tralla en la mezcla, la voz desgarrada, el arreglo de piano que se escucha en el canal izquierdo del estéreo, o la guitarra cortante que suena en el derecho. Vaya usted a saber. La cuestión es que la canción me ha perseguido durante muchos años y que se merecía una entrada en este blog.
Fue por ello que volví a consultar el oráculo de las canciones bitel, esto es, un libro del que parece increíble que en un año de paseos en Rolls no les haya hablado aún. Se trata de 'Revolución en la mente', por el periodista británico Ian McDonald -desgraciadamente se suicidó hace relativamente poco tiempo-. En el libro, Ian McDonald glosa con datos, opiniones y pareceres cada una de las canciones de todo el repertorio que los chicos grabaron convenientemente ordenado por fechas. La locura, un trabajazo. Les recomiendo este libro a todos, músicos, no músicos, melómanos, criptómanos, gentes de bien, abogados… (es broma, no me tome en serio el gremio, por favor).
Dispuesto a investigar sobre el tema yo, -que siempre lo relacioné con las baladas de la Motown, Four tops, con algunas gotas de James Brown-, acudí al capítulo 'Oh darling' del libro que les comento donde, curiosamente, Ian McDonald afirma rotundamente que en la canción de marras:
1. El arreglo de bajo está mezclado a demasiado volumen. (Oh cielos, arreglo tan estupendo debería estar a más volumen incluso)
2. La batería es torpe (¡Ánimo Ringo!)
3. La canción es un ejercicio de estilo de 'doo wop'. (¡Sí señor!). Los coros están mezclados demasiado bajos (Cierto).
Toma, que ahí vamos
Y ahora, con acento Punsetiano giramos, doblamos la curva, y nos preguntamos: Pero… ¿Qué es el doowop?
El Rolls, que es un automóvil para paseos hedonistas decide tirar por el camino fácil, el de enmedio: la wikipedia, donde se traduce el doowop como el 'du duá', no se si me entienden ustedes, el estilo vocal a capella que lo chicos de barrio cantaban en grupo a diferentes voces arropando a la voz solista para impresionar a las chicas, vamos, el pleistoceno del hip-hop. Échenle un ojo al tema si quieren que les quede más claro.
Y ahora la pregunta es:
¿Es realmente 'Oh darling' un ejercicio de duduá? ¿Pretendía serlo?
Mientras lo pienso... buceo en el proceloso océano yotuve y me encuentro con un viejo 'hit' interpretado por los Jackson 5 del duduá, un grupo con el tremendo nombre de Rocky Fellers (esperemos no fueran tan maltratados por el padre como los 5). La canción que cantan se titula 'Little darlin' y, por lo visto, es uno de los mayores éxitos del duduá en los años 50. No se pierdan al pequeño Joselito. (Avancen hasta el segundo 45' si no quieren introducciones, no tiene desperdicio).
Qué, espero que les haya quedado claro el temita. Sí, no tiene mucho que ver con el 'Oh darling', pero no me lo discutan: el vídeo es increíble. Con ello no pretendo contradecir al señor McDonald, no me malinterpreten. Mejor me voy a dormir y lo consulto con la almohada... duduá, duáaaaaa. Mañana será otro día.
Gracias por estar ahí, les pido sean felices. Nos vemos próximamente en la pantalla.
Fin de temporada
Hace 1 año
5 comentarios:
Revolución en la mente es una pasada de guay! -qué penita lo del sucidio, cachis.-
Ian McDonald también tiene un libro de artículos sobre música que se titula 'The people's music'.
El artículo sobre Nick Drake es especialmente bueno.
¿Por qué se ríe el público?
Du Duá de toda la vida de Dios es lo que hacían los Tennessee
"La vi correr/llegaba tarde a claseeee..."
Premio!
Jajaja!
Estuve en un tris de mentar a esos señores, pero el prurito profesional (que suena a enfermedad de la piel) me lo impidió.
Efectivamente, querido Mylodon, los Tennessee hacía eso que llamamos 'duduá'.
Tremendo.
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