Hoy hablamos de ése, del que se colocaba sobre el escenario entre el John y al Paul, esto es, el Harrisón, también conocido como Yorch. Y discúlpenme los fans por haberle hecho esperar. No por ser último se es menos. Comprobémoslo.
Una noche de insomnio me veo sentado en mi estudio con unos auriculares gigantes de esos en los que te caben las orejas todas enteras y se ponen calentitas y escuchas la música como si te encontraras en el mismísmo Abbey road, etc. El bajo aquí arriba, la respiración de la voz por el medio, el cerdeo de la acústica a la derecha y el humo de cigarrillo de George Martin haciendo volutas alrededor de mi cabeza. Decido pinchar en el lector un disco que hacía años que no escuchaba: All things must pass, la obra magna de nuestro protagonista de hoy, producción amurallada y bien apuntalada de Phil Spector, a splendid time guaranteed for all en forma de triple vinilo. (El doctor tiene la versión CDs remasterizada en 2001)
La primera canción de este disco, escuchada de madrugada y en la quietud de la noche es como un bálsamo. Esta canción siempre me ha parecido una preciosidad. Después de implorar a su amigo Dylan, Yorch consigue que le ayude a escribir una bonita letra de título 'I'd have you anytime'. Nunca la voz de este chico sonó tan aterciopelada.
Escúchenla mal que bien en este creativo vídeo subtitulado que encontre en el yotuve. Esas naranjas y manzanas me recuerdan a algo...
Para mi, ése es el mejor intrumento de este album: la voz que acaricia los oídos y que lucha por saltar el muro de sonido que construye su productor. Un muro especialmente denso en 'My sweet lord' y sobretodo en la interminable 'Wah wah'. Ambas me gustan, son un subidón, pero una vez escuchadas me encuentro tan agotado como un corredor de 3000 metros vallas.
Así que doy un pequeño salto de un par de años escasos y me voy al álbum Abbey Road sólo por darme el gustazo de escuchar 'Something' con las orejas afelpaditas al abrigo de mis nuevos auriculares (disculpen me ponga pesado, el doctor está redescubriendo sus discos gracias a ellos). Y es verdad que los timbales suenan como si estuviese sentado en una banquetita junto al mismísimo Ringo. Y que la voz de Harrison se escucha cercana y emocionante, dulce y melosa sin ser cursi. No les descubro nada: Something no es 'un' temazo. Something es 'el' temazo. Lo reconoce hasta el puto amo.
Something es la canción
Y, según cuenta Ian McDonald en su Revolución en la mente (no me cansaré de recomendárselo), también es la canción que a Paul McCartney le habría encantado componer. Parece que Harrison le adelantó por la derecha en la última curva del repertorio bitel con esta balada. Y aunque la envidia sea siempre insana, la música está por encima de las miserias humanas, así que sir Paul -enamorado del tema- se volcó especialmente con el arreglo de bajo de esta canción y firmó una de sus mejores actuaciones en el estudio. Viva la música viva el amor. El resto lo hicieron los arreglos orquestales de Martin -una vez más- y ese solo maravilloso de guitarra del propio Harrison, cuya personalidad y sensibilidad se extiende en cada nota. Qué calma, qué paz.
Pero no sólo de Something vive Harrison. Aquí el doctor se declara fan de los temas que lograba colar en el repertorio de cada album, empezando por el Don't bother me de 'With the Beatles'. Esa canción siempre me ha producido mucha ternura. Y siguiendo por If I needed someone -gran sonido rickenbacker- o la muy sampleada Taxman.
Así que para rematar, vamos a recorrer la carretera principal de 'While my guitar gently weeps', otro de los grandes temas del 'el del medio de los chicos' y por el que se le suele acusar de haber estado siempre por encima del bien y del mal y dedicarse a pontificar subido a una columna como un sansimoniano.
- ¿Y qué tiene eso de malo?
- Nada, Reverendo, eso no tiene nada de malo.
- Ah.
Si quiere conocer más cosas sobre el personaje, les recomiendo la lectura de su autobiografía titulada I, me, mine
Nota a pie de página
>> Escuchando All things must pass y Abbey Road con las orejas afelpadas y sin solución de continuidad, compruebo las visiones encontradas entre Martin y Spector acerca de la producción. Uno tan contenido, tan inglés y equilibrado, y el otro extremo, excesivo... boss americano. Parece que al primero le ponía de los nervios el segundo. Al segundo no le ponía de los nervios nadie, porque él siempre estaba -y sigue estando- de los nervios por puritita naturaleza.
Fin de temporada
Hace 1 año
5 comentarios:
Qué pasada todo
Sólo puedo decir eso
La línea de bajo en Something es la prueba de que McCartney fue sustituido en el 66 por un semidios...
Siempre he notado un sospechoso parecido entre el guitarreo de "gently weeps" y el de "fields of joy-reprise" de lenny kravitz.
Something es de las primers canciones que se me quedaron en la mente intantaneamente. Harrison tiene esa capacidad, solo hay que oir Awaiting On You All para darse cuenta
Srta., Lenny siempre fue un referente para Harrison. Ah, no, perdón, que es al revés. ;)
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