Rrrretomamos esta apasionante serie de artistas atrofiados por los chicos con un nuevo capítulo dedicado al insigne músico, productor, arreglista y bajista, amén de humanista, el gran, único e inimitable: Brad Jones. (Rechacen imitaciones: hay un Brad Jones Jazzman neoyorquino que probablemente no tenga el cerebro atrofiado -o sí-. Quien sabe). Así que allá vamos, átense los machos que arrrancamos el Rrrrolllsss...
R-I-N-G-O
Lo sé, probablemente el nombre Brad Jones les suene poco o nada. Este personaje se dedica al trabajo en la sombra desde su estudio de Nashville o en los confines del planeta, allá donde sean contratados sus servicios. BJ ha producido los dos mejores discos de Josh Rouse -bajo mi humilde opinión-, '1972' y el luminoso 'Nashville' (si quieren ser felices un rato, escúchenlos), y también ha tocado con Matthew Sweet, y con Ron Sexsmith. Ha producido a innumerables bandas entre ellas Cotton Mather (ese cantante replicante de Lennon) y, para rematar y que ustedes se enteren de qué va la vaina, también ha grabado las líneas de bajo de algún que otro disco de Ariel Rot sustituyendo al bajista de los Commotions (el grupo de un tal Elvis Costello).
Pues bien, me llena de orgullo monárquico decirles que hace años y a través del sello Siesta, contacté con él para que mezclara mi primer disco en solitario. BJ mostró su aprecio por mi trabajo -no se me quejen, ya hablo como los periodistas musicales-, lo cual me llenó de satisfacción -monárquica de nuevo-, así que me hice la maletita y volé a los míticos estudios nashvileños 'alex the great'. Allí descubrí al personaje en cuestión que se reveló, tal como decía en la introducción, como un perfecto humanista amante de la gastronomía, curioso de otras culturas -incluso celtibéricas-, estupendo contador de anécdotas -las tiene a cienes, miles, sobre música, sobre política... tremendo personaje-, y finalmente, un grandísimo amante y conocedor de las canciones y anecdotario más descacharrante de los bitels. La biblioteca de la cabina del estudio está plagada de volúmenes bitel -bueno, ya quedan menos, porque yo me llevé alguno... con la aquiescencia de su propietario, no me piensen mal-. Alguno de ellos es responsable de más de una anécdota de este Rolls. Además, les diré que en las relajantes partidas de ping-pong entre mezcla y mezcla de canciones, la bola de saque se juega después de los cinco golpes que se dan según se cantan las letras R-I-N-G-O.
Pero vamos a lo que vamos
La cuestión es que antes de empaquetar mis cosas y huir hacia Barajas, me acerqué al Madrid Rock de la Gran Vía (hoy Bershka) para hacerme con el único disco que Brad Jones ha publicado como músico y compositor y que se titula 'Gilt-flake' (Ver foto). No les había contado que este hombre había publicado con un sello de Chicago unas canciones que él grabó de jovencito. El disco estaba en las baldas del Madrid que-en-paz-descanse Rock y yo me puse contento como castañuelas: si vas a trabajar con un tipo respetable, mejor llevar los deberes hechos. Volví a casa y escuché sus canciones. El comienzo del disco a lo 'It's getting better' ya dejaba las cosas claras: hola soy Brad Jones y soy un fanático exxxacerbado de los bitels. Me gusta la voz de Lennon, qué voz, y las melodías de McCartney, me gusta la canción 'Junk' de su primer disco en solitario -y a mi, y a mi-, y también me gusta que Ringo desafine al comienzo de 'Yellow submarine'. Tengo una súper voz, pero tampoco me doy importancia. Toco el bajo y la guitarra de la ostia, pero es que el mundo me ha hecho así.
El disco no está en spotify, es una pena. Yo he ido disfrutándolo cada vez más con los años. Creo que tiene grandes canciones, pero ojito: es un disco largo, de lenta degustación y para beber traguito a traguito bitel, como los buenos licores y las ambrosías de avellanas. Es una pena que no haya continuado grabando discos propios. Por lo visto BJ prefiere 'ayudar a otros grupos a grabar su música', tal como me dijo nada más aterrizar en Nashville. Oh, God bless you por lo nos toca.
Gente que estuvo en Abbey Road
BJ cumplió sus sueño de pisar los estudios de Abbey Road hace unos años. Es lo que ocurre cuando un grupo americano -The Shazam-, que participa en un aniversario de noséqué rollos en Abbey Road retransmitido en directo por la BBC, te contrata como técnico de sonido. De repente te ves en el estudio 1 -el hangar, ése donde graban orquestas, vamos, el de 'A day in a life'- luchando contra la reverberación pero más feliz que una lombriz bajo el sol en un english garden.
Aprovechando que dispongo de su testimonio en primera persona, aquí van sus palabras en el idioma del imperio:
I recorded The Shazam, with special guests Bev Bevan and Carl Wayne, doing the Move's song "Beautiful Daughter." We did it live in studio #1, I believe there was one practice take and then one actual take. It all took about an hour. Right as we counted off the song, Paul Weller wandered into the control room and put his feet up on the console and paid very close attention to the performance. It was obvious that hearing The Move's main singer was tripping off some boyhood memories for him....
Creo que se entiende bastante bien. Parece ser que durante la emisión del directo en antena apareció el insigne y aristocrático Paul Weller y se puso a escuchar junto a BJ con los pies encima de la mesa de sonido y asintiendo con cabeza al ritmo de la canción. (Qué pena que BJ no sepa nada sobre humor manchego; si no, yo habría caído en la tentación de preguntarle: oye, ¿y a qué hueler el pol weeeeller? En fin, lo sé, no se me vayan y permítanme la licencia aunque no tenga gracia).
Lo que no cuenta en el parrafete que les he copypasteado es que, por lo visto, cuando la emisión terminó, uno de los técnicos de la EMI le llevó por los pasillos de la ballena hasta una habitacioncita donde reposaban bajo una sábana blanca los restos de la mítiquísima ocho pistas donde los chicos grabaron sus últimos albumes. Levantaron la sábana que cubrían los restos y ante el mimo con el que BJ pasaba sus manos sobre el viejo cacharro, el empleado de la EMI no tuvo más remedio que deslizarse por la puerta hacia fuera y susurrar: 'Os dejo solos'. (I'll leave you both by yourself, exactamente). Lágrimas en los ojos.
Dos por uno
Y eso es lo que tenía que contarles. Al final se han llevado ustedes un dos por uno -artistas de cerebro atrofiado y gente que estuvo allí- sin pretenderlo. Este Rolls no depara más que sorpresas y emociones, no me lo nieguen. Dentro de unos días vendré con más cargamento sensible y explosivo. Simplemente anotarles que no se molesten mucho en buscar a este tío por la red. No sé si han leído 'Walden' de Henry Thoreau. Pues bien, el romanticismo analógico aún vive y se llama Brad Jones; no esperen que tenga teléfono móvil, ni página web, ni vídeos en yotuve, ni blog... No. Es una lástima pero si quieren más información, será mejor que buceen en las producciones que les comentaba arriba. Ah, por cierto, también produjo el último disco de Quique González,.
- Sr. Rolls, ¿usted cree que Q. González por fin ha grabado un disco en condiciones... e incluso no desafina?
- Mmmmh.
Fin de temporada
Hace 1 año
2 comentarios:
Llevo toda la mañana Spotifiando el 1972 gracias a que usted me lo ha traido a la memoria. Qué recuerdos. Qué discazos de mis 20's estos de los que habla. Espero que algún día le dedique unas palabritas a Matthew Sweet!
Veré qué puede hacer el Rolls para satisfacer las necesidades ddel Mylodon.
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