...y el untado de mantequilla.
Ya es hora de dedicar una entradita al señor don Ringo, el bitel más simpático a la par que divertido. Y no por simpático ni jocoso, sino por ser 'el batería de POP' por antonomasia, por haber abierto caminos a las siguientes generaciones de baterías. Muchos creeran que exagero. Nada más lejos de la realidad. Bendito seas, ave Ringo.
Como lo oyen...
Hubo un tiempo en el que no todo era tan sencillo ni inmediato. A ese tiempo se le llamo 'era pre-internet', y conseguir el objeto del deseo formaba parte de una aventura que hacía más placentero el disfrute uno vez conseguido el objetivo. Ese ejercicio de investigación generaba aficiones, producía excitación y, porqué no, envidia al dueño del objeto deseado. Les estoy hablando de los años '80, cuando el cortinglés, -ese lugar-, tenía un video club que era el centro videográfico del reino, la diversión y el ocio del fin de semana. Eso, y un sangüis mixto.
Un día, entre los cienes y cienes de películas de todas las épocas encontré un documental sobre los chicos. Se titulaba 'The Beatles', así como se lo digo. No dudé en alquilarlo -no, esta vez no me lo metí por el pantalón- y hacer copia privada en casa formato VHS (teníamos dos reproductores, manías de padres, solía volcar pelis de video a video en tiempo real). Vamos que sí, que me pirateé aquel documental que repasaba la historia del monstruo paso a paso, con un doblaje horrrrroroso con voz en off de un narrador incapaz de pronunciar los títulos de las canciones, un sonido lamentable, y una imagen borrosa empeorada aún más por la pérdida de calidad de mi copia. Me dio igual: vi ese documental cientos de veces, a solas, con mis amigos, con el grupo del cole, de la facultad. Lo vi más veces que mis hermanas 'Grease' (bueno, me he pasado...). Lo vi hasta que se salió la cinta magnética de la caja.
Unta que te unta
Pero vamos a lo que vamos, que me pongo cebolleta y así no hay manera de avanzar. En ese documental había una escena muy celebrada entre mis colegas y yo. Esa escena es parte del primer concierto que los chicos dieron en Washington, recién llegados a la américas entre la histeria colectiva. Ese concierto es muy friki porque el escenario era circular y Ringo estaba subido a un podio que se giraba a mano. No se crean que había pipas o asistentes, no. La mano era la de Lennon o cualquiera de los chicos. Bueno, pero lo que les decía, ese concierto lo sostienen las muñecas de Ringo, como les digo, y era su fascinante movimiento de untado de mantequilla sobre el charles lo que nos hipnotizaba. (El charles, además del eterno príncipe de Inglaterra, es la pareja de platillos a la derecha de la batería según se mira de frente. Ringo lo toca con su mano derecha y se puede abrir o cerrar con el pedal que hay en el pie sobre el que se sujeta. Lo siento, vaya lío, será mejor que vean el video...). Gracias internet por facilitarme la labor de investigación. Fíjense bien, sobretodo en las tomas de perfil:
Fascinante. ¿No es maravilloso? Podríamos denominarla 'la escuela del untado del mantequilla' o 'el butter school'. Ese charles abierto es el sonido de la bitelmanía: la alegría y el desparpajo, Ringo sonríe y el charles también sonríe, ¿no lo ven?
Pero no se vayan todavía, aún hay más.
El ride
No contento con untar su charles a base de baquetazos, Ringo también le da de lo lindo al platazo que se sitúa a la izquierda de sus pantallas según miran de frente la batería. Ese plato paellera se llama 'ride' y es el plato sobre el que se sujeta el jazz. (Digresión. Esto me lo enseñó Noah Shaye, batería con el que grabé 'Olivia' de Plastic d'amour: el jazz se toca de arriba a abajo, esto es, se da prioridad a los platos aéreos y el número de golpes va descendiendo a medida que bajamos en el instrumento, siendo el bombo el ultimísimo recurso. Con el rock pasa lo contrario: se toca de tierra a cielo, comenzando con un buen bombo ya de primeras, patapum y tentetieso para que sepas lo que hay rockin' rockin' yeah; vamos, como en esas pelis donde te dan el susto al principio...) Pues bien, nuestro personaje lo hace sonar 'rock', como si tuviera alrededor a cien mil adolescentes histéricas capaces de eclipsar el sonido de un turboreactor y conquistar Rusia en pleno invierno. Y es ese sonido bitelmaníaco el que está registrado en los primeros discos de los chicos por el célebre técnico de Abbey Road, Norman Smith (o Nórmal), señor del que ya hemos hablado en una entrada anterior.
Miren miren, compruébenlo ustedes mismos y no se pierdan el final de este video, con espontáneo incluído:
Qué buenos son. Maldita sea.
Y también los redobles
Hace poco leí un viejo Mojo donde Dave Grohl -batería de Nirvana- habla de las maravillas de Ringo. Según él, la clave de Ringo es que es un batería 'melódico' más que percutivo, esto es, que acompaña la melodía de la canción con sus arreglos, su actitud, y esos fantásticos redobles de caja marca de la casa que hacen vibrar las canciones. No puedo estar más de acuerdo, por eso antes decía que cuando Ringo sonríe la batería sonríe. Además, según Grohl, su estilo marca la diferencia aún hoy entre la forma de tocar de los bateristas ingleses y los bateristas americanos. Creó escuela, y parece que los súbditos británicos siguen aún el camino que abrió el chico de los anillos.
Y eso es todo amigos
No sé si les he convencido o ya lo estaban. Quizá no sea ésa la cuestión. Ustedes déjense llevar, eso es lo importante, y si prefieren Foo fighters a Nirvana... es que están en el blog equivocado.
Y ahora, para rematar esta borrachera de videos les dejo con mini-ringo, un nuevo caso de joselito de la batería... y la voz. Estremecedor.
Fin de temporada
Hace 1 año
5 comentarios:
No me digas a estas altura que me he equivocado de blog, que me enfurruño.
No me lo creo.
Pensaba que una mujer del Tirol es más cercana a la sensibilidad nirvanesca que a la heterosexualidad Foo.
Aunque suene a peloteo burdo, prohibido en el mundo blogger, me arriesgo a decirle que es usted un maestro. He leído varias veces esta entrada y no doy crédito a todo lo que contiene. Y lo bien que lo contiene.
No llamen todavía al Señor Lobo. Aún hay más...
Me parece impresionante la explicación de la batería "aérea" del jazz.
Y con respecto a lo de Mojo: es por artículos como ese del que habla que nos gustan revistas como Mojo, donde se habla de MÚSICA (cómo se hace, por qué se hace, las partes, el todo...) y no los tristes panfletos que constituyen la prensa musical española.
Y aunque parezca que soy una incendiaria y una busca polémicas, soy maja y gente de bien, pero no sé por qué cuando escribo, las cosas quedan en este tono incendario y no en uno más conciliador...
GROOOAARRGHH!!
Mylodon,
nunca un animal prehistórico me había sacado los colores por piropos.
Se agradece el tono lisonjero y no se apure por el tirón de orejas a la prensa musical ibérica.
Recuerdo que de (menos) jóvenes discutíamos quien era el mejor batería... Ringo no cuajaba porque "tenía sólo tom... y no llevaba doble bombo!!". Qué tiempos.
Yo también le felicito por estos maravillosos artículos.
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