El doctor y el reverendo aparcan el Rolls en el garage y extienden la lona sobre su reluciente chapa negra. Quieren proteger el vehículo del polvo y las alimañas mientras se ocupan de su diversos quehaceres (1 y 2). No se apuren, por favor, esto no quiere decir que el Rolls no vuelva a rodar por carreteras secundarias, pero sí que su frecuencia será desigual.
Si has llegado hasta aquí por un error de matrix y eres nuevo en la plaza, el dr. y el reverendo te animan a descender la escalera de este blog bitélmano desde la primera entrada hasta la que lees. Creen que puedes pasar un buen rato en tu oficina, en el hogar, o en la estación de metro. Yo también lo creo.
¡Besos y abrazos!
Fin de temporada
Hace 1 año