...Y QUIZÁ TE QUIERA. Por Alberto MATE aka Dr.Rolls & Reverendo Royce

Este blog pretende ser una suerte de viaje sentimental, un diario personal, un anecdotario vital, una visión subjetiva y personal, qué sé yo, un TODO alrededor de los Beatles. Fanatismos aparte, no se debe confundir con una enciclopedia: los datos sobre los cursimente llamados Fab Four ya se encuentran en la red y en miles de libros; no deseo aturullarles con cifras, fechas e historias manidas. Pasen y disfruten, un splendid time está guaranteed for all.

jueves, 25 de febrero de 2010

La pasión y el talento (II)

Sungha Juns del mundo, ¡¡resistan!!
(El Rolls recomienda ver el video previa lectura de la entrada anterior.)

lunes, 22 de febrero de 2010

La pasión y el talento

Ah, una vez más me sumerjo frívolamente en un banal ejercicio reduccionista de grandes temas de la humanidad. Trataré de bucear en estas pocas líneas lo máximo posible, hasta donde el tímpano me aguante sin estallar y cuidándome de la presión. Vamos allá.

Entre el 6 de julio de 1957, -fecha en que un quinceañero sir paulito se encuentra por primera vez con un minilennon-, y junio de 1967, -fecha de publicación del sargento pimienta-, median diez años. En esos diez años, dos adolescentes enamorados de la música juvenil pasan de conocerse en una fiesta de parroquia de un suburbio de Liverpool (ver imagen) a dirigir cuarto y mitad de orquesta filarmónica de Londres para la grabación del sargento pimienta. Pero, ¿qué es la que lleva a un par de mocosos indocumentados y autodidactas a poner la alta cultura al servicio de la música popular?
Busco las razones y, para mi, las más importantes son... (redoble de tambores): LA PASIÓN y EL TALENTO.

Yes we can

La pasión es un motor imparable, capaz de convertir una disciplina militar férrea en un juego. Cuando minilennon escuchaba el single twenty flight rock doscientas veces en su pick-up, (hasta que el agujerito de la galleta se daba de sí), mientras se despellejaba las yemas de los dedos para sacar los acordes a oído con su guitarra (pues no era fácil conseguir las tablaturas en papel), e imitaba la voz de Cochran con su propia garganta, estaba haciendo un ejercicio de repetición incansable sin él saberlo, y por pura necesidad emocional. Así ocurría cada tarde, a la vuelta del instituto. Luego, a la noche, escuchaba a escondidas Radio Luxemburgo en un transistorcillo metido en la cama (la BBC por aquel entonces olía a naftalina), emisora que lanzaba los últimos éxitos de rock y pop americano. Y dale con la maza, así, con decenas de canciones, día tras día, en un periodo en el que el cuerpo y la mente lo absorben todo.

Dar cera, pulir cera

Poco tiempo después, los chicos se van a Hamburgo a tocar en un tugurio para prostitutas, marineros, rockers y jóvenes intelectuales (sí, créanme, los 'exist', existencialistas precursores de los mods, Astrid -autora del peinado bitel- es un ejemplo). Es ahí donde el monstruo de las 4 cabezas monta sus piezas, se va puliendo: tardes-noches y madrugadas interminables de enterteinment, 8 días a la semana, dando cera al personal a base de sudor, testosterona y anfetaminas. La disciplina impuesta por el empresario que les contrata es dura: pero todo se salva por la pasión. Cuando el monstruo se enfrenta al estudio de grabación un par de años después, la máquina está engrasada y rueda como un camión. Los chicos se lo han currado.

Tienes talento

Y claro, aquí llega el talento. Me dirán: sí, pero el monstruo llegó cojo a Abbey Road; el batería (Pete Best entonces) no daba la talla, no era lo suficientemente 'estable', -steady, que dicen los ingleses-, se nos iba de ritmo. Vale sí, el pobre Pete no era tan best y tuvo que retirarse a las catacumbas del olvido: no tenía el talento suficiente para aguantar la base rítmica de un grupo con cierto nivel. Y es que si una pasión no va seguida del talento para desarrollarse a un alto nivel... apaga y vámonos, porque la lamparita de la frustración se enciende y uno se pone triste. En ese sentido, ni Lennon ni sir Paul podían tener queja (vale, no me olvido de Harrison ni Ringo, pero es que el caso de la pareja hit es excepcionalmente excepcional). Ambos venían de familias 'musicales' -a nivel aficionado, pero con talento musical-. Ambos tenían un poderoso sentido del ritmo y una afinación exquisita natural. Cuenta Pete Shotton, amigo del alma de Lennon en el cole, que éste era capaz de cantar las coplillas de la época sobre la bici a toda tralla, manteniendo perfectamente el ritmo, la fuerza y la afinación con una facilidad pasmosa.

[- Entonces, doctor... ¿Se nace... o uno se hace?
- Soy de la opinión optimista de que todo, absolutamente todo se puede aprender. No se frustren, mientras uno no pretenda ser en principio Glenn Gould, Antonio López o María Callas, todo irá bien: expresarse con las manos, los pies o la voz es posible para todos... sólo tienes creeer, creeer (¡vé hacia la luz!¡hacia la luz!). Bromas aparte, creo en el tópico 'todo se aprende'. Ojalá en este país denominado Epaña se enseñara a cantar en los colegios, o se diera un mínimo digno de educación musical más allá de la insoportable flauta de palo. Veríamos otro horizonte.]

Stand up for your pasión!

Qué fortuna es vivir una pasión enriquecedora (aunque el rock no fuera considerado una enriquecedora forma de expresión cuando Lennon lo escuchaba a escondidas). Cuánto sufro cuando veo a todos esos chavales en los conservatorios aprendiendo su instrumento como quien se come una fría merluza rebozada de colegio y encima sin yogur de limón para empujar. Qué tristeza me da cuando el famoso 'play an instrument' ('jugar un instrumento' en inglés, en castellano el menos divertido 'tocar un instrumento') se convierte en 'sufrir' un instrumento. La música ha de ser divertida, emocionante, excitante... lástima que muchos papis y tutores estén empeñados en encontrar el nuevo mozart en su hijo: hey teachers, leave the kids alone!

Venga, ya termino

Cierto, la pasión -al fin, la vocación- es una fortuna que, desgraciadamente, no está al alcance de todos. Encontrar la propia puede ser tanto un camino sencillo como un complicado laberinto. Ah, ¡no desesperen! A la vuelta de la esquina pueden encontrar ese momento apasionante que les 'motorice'. Y si no, no se me depriman, no passsa nada: siempre nos quedará el feisbuk para observar la vida de los otros. O piensen simplemente en el pequeño Sungha Jung (ver más abajo) y la de horas de obladí que se ha comido obligado por su sargento papi. ¡Resiste Sungha!

lunes, 15 de febrero de 2010

4 pistas hasta el infinito y más allá


No, no son pistas de esquí. Y lo siento por los fanáticos de la olimpiadas de invierno. Esta entrada habla de grabadoras multipistas con sus slalom de grabaciones por pistas y pistas. Les diré.

Reconozco mi fascinación por los sistemas de grabación multipistas. No se me asusten los legos en la matería. Es una cosa muy sencilla: los multipistas son grabadoras donde usted puede grabar una voz o instrumento, rebobinar, y de manera paralela mientras la primera voz suena, grabar una segunda voz; rebobinar de nuevo, y mientras las dos primeras voces suenan, grabar una tercera voz, y así hasta el infinito. (Bueno, actualmente con los ordenadores se puede llegar a tropecientas pistas, no les sabría decir). Cada voz se registra en lo que se denomina una 'pista'.

Recuerdo con cariño el primer grabador de 4 pistas que entró en nuestro local de ensayo (ver imagen), primeros años 90. Era un clásico fostex y utilizaba casetes basf de toda la vida. La verdad es que siempre me pareció un cacharro mágico: ahora una guitarra, ahora encima una voz, ahora un bajo, ahora un piano y... para de contar. 4 pistas daba para eso, para cuatro voces o instrumentos. Aunque no se crean, también se podían ampliar los horizontes mediante un verbo mágico: pimponear (¿Pinponear? no hay entrada en el diccionario de la Real Academia, menos aún en el Moliner. Tomo la 'm' delante de la 'p' como animal de compañía). Ahhh, el pimponeo, qué tiempos, aquellos maravillosos años. El pimponeo (no confundir con el famoso amigo de Espinete) viene del latín pin-pon (esto último no me lo crean), y consiste en grabar, por ejemplo, tres pistas en una cuarta (o dos pistas en una tercera). No se me atoren, esto es: tengo una guitarra grabada en la pista primera, un oboe en la pista segunda y una armónica en la tercera. Pues bien, el pimponeo consistiría en grabar esas primera, segunda y tercera pistas ya ocupadas por esos instrumentos que he citado sobre la cuarta pista que nos quedaba libre, mezclando todos los instrumentos para siempre jamás, pero liberando las tres primeras pistas para así poder utilizarlas y grabar nuevos instrumentos. ¿No es maravilloso? (Sí, tanto como anacrónico hoy en día). Si uno era medianamente ambicioso, las grabaciones se convertían en un rompe-cabezas para que cada arreglo quedara registrado convenientemente: era toda una maximización de la cinta basf, un ejercicio de locura ingenieril. En fin, no sé si me siguen. Cambio de tercio.

En su primera época y más, hasta el album blanco, los bitels utilizaron sistemas de grabación 4 pistas. No, no eran Fostex con cintilla Basf. Y ahora me auto-cito: si ustedes van al enlace Gente que estuvo allí (II), verán la lavadora 4 pistas que utilizaban (y de paso pueden leer una de los posts más descacharrantes de este rolls). Ahora, si ustedes y yo pensamos que el disco titulado Sargento Pimienta está grabado en 4 pistas, entonces lo más probable es que nos pongamos a temblar. ¿Cómo se puede meter una orquesta filarmónica (o cuarto y mitad), más el piano, bajo, guitarras, baterías, efectos y voces en 4 miserables pistas?
ECCOLO!
Eso es: P-I-M-P-O-N-E-A-N-D-O
Y sigo temblando sólo de pensarlo.
El señor que se rompía la cabeza resolviendo el rompecabezas se llamaba George Martin, ya ven. Si alguna vez se les atasca el puzle de 5000 piezas con una imagen de un velero sobre aguas holandesas, llamen a este hombre que, aunque ya se ha quedado sordo de un oído, seguramente pueda atenderles por el otro.

Hoy en día, como les decía, y gracias a la informática, disponemos de programas capaces de grabar 5 orquestas sinfónicas al mismo tiempo que doce helicópteros, el delirio de un Stockhausen o un Nacho Cano, por tanto el pimponeo ha quedado obsoleto. No se preocupen porque no lo echamos de menos. Para que se hagan una idea de lo que les hablo, aquí tienen un video fantástico que les muestra la distribución de instrumentos por pistas de la canción que abre el album del Sargento Pimienta. Escúchenlo con atención. A mi me ha parecido alucinante el sonido de la batería de Ringo -sobretodo el de la caja- en la primera pista y también el arreglo de guitarra que va 'adherido' (pimponeado) a ella. Y la voz terrosa de Sir Paul sobre la tercera con esos coros perfectos bitelianos, y los ruidos, y toses de fondo, y todo, todo, todo...

Es entonces cuando me pregunto: ¿por qué coño eran tan modernos estos tíos?

jueves, 11 de febrero de 2010

Desmond o el proceso creativo

Título críptico donde los haya. Lo reconozco: he tratado de ser original para atraer su atención. La cosa es más sencilla de lo que parece. Me explico.

Desmond es el protagonista de la canción titulada Obladi-oblada, que me va servir para explicarles algo sobre los vericuetos del proceso creativo, ese laberinto casi siempre sinuoso y complejo, y que finalmente se convierte en una puritita y sencilla línea recta que nos empecinábamos en no ver por pura obcecación, dilema, desazón, horror, desasosiego. La mejor solución ante el estancamiento: dormir.

Venga, pues suponemos que ya hemos dormido. Paul ha dormido. Paul ha escrito una canción titulada Obladi-oblada y la enseña a sus compis en el estudio de Abbey road. Comienzan a ensayarla bajo un ritmo de reggae y parece que hasta Lennon está contentillo con la 'mierdecilla de canción' -tal como la define él, otra de tus 'granny music shit, Paul'-. Comienza lo que los franceses llaman 'repetition', esto es, repiten y repiten el tema al dichoso ritmo de reggae. Paul no está contento con el resultado. De hecho está frustrado: no logra dar con el patrón de ritmo, no le encaja la melodía. Es un perfeccionista insoportable, enerva a todo el equipo. Vuelven a repetir. Lennon se burla, siguen adelante con ello y, finalmente, supone la grabación zanjada. Vuelven a casa de madrugada.


Varias noches después -hemos vuelto a dormir-, Paul contrataca y propone retomar el ensayo -la repetition- del obladí. (Ay, proceso creativo, cuántas idas y venidas, tu caminito es
predregouso, la madre de los laberintos...). Lennon se quema, se enfada, masculla, escupe algún fuck, coge la puerta y se larga (suponemos que cruza la calle por el mítico paso de cebra). El resto de bitels sigue con la repetition, la tozudez de su majestad es irreductible. Y es aquí, horas después y durante esa sesión, cuando aparece la musa, la chispa, ese socio creativo inseparable que a todos nos gustaría tener: se llama Lennon y está totalmente colocado. Quiero decir que, horas después, aparece en el estudio un Lennon en un estado lamentable. La cuestión es que entra por la puerta y baja las escaleras gritando: '¡ESTOY MUY COLOCADO, TÍOS, ESTOY MÁS COLOCADO DE LO QUE HABÉIS ESTADO EN VUESTRA PUTA VIDA!'. Y, con decisión, se acerca al piano y dice: 'Y ESTA PUTA CANCIÓN DEBERÍA COMENZAR ASÍ...' Entonces toca del tirón el arreglo con el que comienza el tema tal como está en el album blanco, marcando el ritmo y el tempo adecuados. (Eccolo! dicen los italianos). Paul reconoce la genialidad, no sin tensión en el ambiente. La canción cobra sentido: era todo más sencillo de lo que parecía. Afirma Geoff Emerick (técnico de sonido aquella noche en el estudio y autor de 'Here, there and everywhere', libro de donde he sacado la anécdota) que por un momento pensó que volarían los puños.

Conclusiones

1ª.- Busco en ebay -sobretodo en el alemán, bastante rico en artículos de todo tipo-, pero no encuentro un
'Lennon colocado' a la venta que me dé un empujón en esos terribles momentos de estancamiento creativo. Quizá lo que busco es distanciarme de la obra, verla en perspectiva para poder desinhibirme, verla en conjunto, enriquecerla. Y, probablemente, la clave para construir una canción de pop sea pasarlo bien. No fun no pop. Lennon podía ser de todo menos aburrido.

2ª.- Me pregunto qué clase de droga corría por las venas del bitel en el momento de la genialidad. Geoff Emerick no lo especifica en su libro, (¿marihuana, ácido, heroína, cola cao...?). Say no to drugs, except for obladí.

Y esa es la historia abreviada de la canción más odiada por un sector de la población bitel. A mi, el tema de marras me hace gracia, creo que tiene su punto. Y desde que leí esta anécdota, el arranque de la canción me parece aún más fascinante. Prueben a escucharlo ahora. Espero que reconsideren su postura.

Ahora les dejo con Sungha Jun, el joselito de la guitarra. El yutuve está plagado de estos geniecillos. ¡Disfruten!

lunes, 8 de febrero de 2010

¿Caja Mono o Estéreo? (II)

Como hay seres vivos para todo tipo de aplicaciones, aquí tenemos un ser humano que, a través de este powerpoint, nos ayuda a comprender las diferencias entre ambas mezclas mono y estéreo. De la chispa de from me to you, al soul de got to get you into my life, de la delicada she's leaving home a la sicodelia de i'm only sleeping, del tiro de paperback writer a la sutileza de i will.

Escucho simplemente unos segundos de esas canciones y ya se me saltan las lágrimas. Lennon tenía razón: los bitels son DIOS.

jueves, 4 de febrero de 2010

Gente que estuvo allí (III)

Es hora de abrir un breve capítulo de esta saga emocional que nos acerca al espíritu de los chicos a través de testigos de primerísima mano. Hoy le toca a... Catriona, la actual estilista de Sir Paul. Como lo oyen.

Conocí a Catriona por causas del destino durante el estreno del clásico 'Fuenteovejuna' en los madrileños teatros del Canal, el pasado mes de junio. La estilista que nos ocupa se encargaba del diseño de vestuario de la obra. British estirada, altiva, mediana edad, digna nieta del imperio. Y, a pesar de todo, en el intermedio de la obra, Catriona me invitó a una cerveza en la cafetería. Así, como se lo digo a ustedes. Fui invitado a una cerveza -de copa, 1/3, bien tirada- por la estilista de Paul McCartney. Yo, Alberto Mate.

Y les diré más: la persona que me presentó esa noche de junio en la cafetería de los teatros del Canal a la estilista de Paul McCartney es Jeremías Herbert. Sí, no les suena. Pero seguro que Michael Palin de los 'Monthy Python' de toda la vida sí les suena. Pues bien, Jeremías, amén de escenógrafo, es el sobrinazo del Palin, a la sazón compañero de correrías de George Harrison. Jeremías conoció de chaval en los camerinos del Hollywood Bowl a Harrison, durante una de aquellas míticas giras de los Monty por USA en los '70.

Les comento también que Catriona había asistido como invitada a la última fiesta de fin de año de sir Paul en su rancho de los midlands. Quiere esto decir que, en un momento dado, me vi rodeado por la mujer que acicala a milord Paul y que asiste a sus fiestas de fin de año y, por otro lado, por un tipo que había colegueado con Harrison en el camerino del Hollywood Bowl.

Abrumado por la responsabilidad, me limité a pintarme un bigote de espuma de cerveza mientras intercambiábamos alguna palabra de cortesía. Poco más. Mi oportunidad para llegar hasta la mismísima puerta del olimpo bitel en los midlands se desvaneció cuando sonó el aviso de comienzo de la segunda parte por megafonía. Mi pozo en un gozo: fuenteovejuna todos a una nos fuimos sentando en las butacas de la sala. Después de un silencioso eructo vino la calma -disculpen la escatología-.

La obra fue un éxito. A la salida estuvimos esperando al elenco y los resposables de la obra. Catriona se perdió en el laberinto de pasillos del mastodonte teatral -Navarro Baldeweg, arquitecto responsable, ¿¿qué hisiste??- y sufrió un ataque de nervios. Nunca más regresó.
Nadie supo de ella. Dicen que su alma vaga aún por los pasillos, bajo la luz cenital de los lucernarios. Oh, Catriona, get back to where you once belong!

(No tengan en cuenta lo de su alma y bla bla de este último párrafo. Era para darle más dramatismo al desenlace del texto. Lo del extravío en los pasillos y posterior ataque de nervios es rigurosamente cierto. Eso sí.)

lunes, 1 de febrero de 2010

Especial Beatles para Estadísticos

Porque sí, porque las gentes vinculadas al mundo de la estadística también tiene su corazoncito (dividido en quesitos pero, al fin, su corazoncito), aquí les adjunto este enlace donde pueden encontrar diversas circunstancias acerca de los chicos, convertidas en números y gráficas tipo la de la imagen que les adjunto. (Especialmente interesante lo concerniente a los tonos musicales empleados en cada disco). Qué alegría, qué emoción ver todos esos coloritos, fechas, relaciones y flechas sobre fondo negro. La pasión por la estadística es la pasión en estado puro. Digo yo.

Aprovecho esta entrada para contarles que hace unos días fui sometido a un tercer grado en mi propio hogar por una encuestadora del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). Sí, las famosas estadísticas sobre 'ponga una nota a zetapeta de cero a diez, ponga nota a rajoli de cero a a diez, es usted de izquierdas o derechas de cero a diez, etc.' existen. Y yo he participado. Reconozco que me dio gran alegría responder a la famosísima cuestión: '¿qué es lo que más le preocupa?' (Me encanta cuando en los medios dicen: 'lo que más preocupa a los españoles es... -la tortilla de patata, el paro, la vecina del quinto, etc.-). Al fin pude dar salida a mi mayor preocupación social: la estupidez. Aunque tal respuesta no fue aceptada como animal de compañía, la encuestadora -estadística sensible, he de reconocer- me propuso lo cambiara por 'la ignorancia', mucho más afín a las tablas que luego se utilizan. (Ahora que lo pienso, 'la estulticia' habría sido una alternativa interesante que en su momento no se me pasó por la cabeza, lástima).

Por ello, y sin ánimo de inquietarles, les recomiendo que estén al acecho: cualquiera de estas tardes un encuestador del CIS podría llamar a su puerta para hacerle un intenso interrogatorio (duró sus 20-25 minutos) sobre la vida de cada ministro, los opositores, el nacionalismo, la república federal ibérica, los bitels o los rolingstones. Reflexionen previamente, maduren sus respuestas, que no les pillen a medio vestir con el batín de la improvisación. Si no, luego se arrepentirán. Se lo aseguro.

Datos personales

Mi foto
Madrid, Spain
Es compositor, productor y arreglista en musicasdecamara.com *********** Aparte de su proyecto musical personal M A T E (www.matelaweb.com), Alberto es parte del duo Plastic d'amour, y colabora con Las Escarlatinas, Cristina Georgina y Beldivioleta. ****** Su trabajo más reciente ha sido la producción del libro-disco infantil 'Casi un musical' que será publicado en el sello SIESTA (www.siesta.es) a primeros de 2011. En él colaboran Irene Tremblay, Loquillo, Malcolm Scarpa y Jabier Muguruza. *******

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