Hoy lunes me desperté, y cuando llegué al estudio... esta tarta casera que véis en la imagen estaba sobre la mesa. No era un dinosaurio ni un sueño: era real, palpable como la nieve sobre los capós de los coches. Qué frío más rico.
Podríamos denominarla tarta 'campos de frambuesa para siempre'. No sé si está en mono o en estéreo, sólo os aseguro por el simple placer de dar envidia que está deliciosa. La autora es una compañera que, sin duda, quiere hacernos amar los lunes nevados de invierno. Y sí, claro, claro que los amamos.