...Y QUIZÁ TE QUIERA. Por Alberto MATE aka Dr.Rolls & Reverendo Royce

Este blog pretende ser una suerte de viaje sentimental, un diario personal, un anecdotario vital, una visión subjetiva y personal, qué sé yo, un TODO alrededor de los Beatles. Fanatismos aparte, no se debe confundir con una enciclopedia: los datos sobre los cursimente llamados Fab Four ya se encuentran en la red y en miles de libros; no deseo aturullarles con cifras, fechas e historias manidas. Pasen y disfruten, un splendid time está guaranteed for all.

viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Posavasos mono o estéreo?

'Sigue la beatlemanía', reza la publicidad de un El País inasequible al desaliento en su imparable intento por vender papel los domingos. Esta vez tocan los posavasos.
He aquí un dilema ético/moral para todo fan que se precie, pues... ¿no sería acaso irrespetuoso posar nuestras cocacolitas, cafés, gintonics, vasos de agua, etc. (por no hablar de líneas blancas) y pisar las preciadas portadas y, por tanto, los getos, perdón, jetos (según el María Moliner) de nuestros 4 amigos?
La respuesta está en el viento, espero sus opiniones al respecto.

(Se rumorea que un comando bitelmaníaco violento planea un secuestro de la tirada este mismo domingo. Son personas sin escrúpulos, capaces de vender a sus abuelas por un single vinilo del twist&shout. Avisados quedan.)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Artistas que Tienen un Hemisferio del Cerebro Ocupado por el Repertorio de los Beatles (II). José Luis Pardo

Nada que ver con el Pardo de Juan y Junior ni con el periodista musical pureta. No, no. Este filósofo y profesor en la Complutense madrileña es todo un artista de la pista bitel. Sí, claro, aquí caben filósofos, el manto bitel nos cubre a todos por igual, a los de arriba, a a los de abajo, a los de centro... y a los de dentro. José Luis Pardo (en la foto de promo, en posición abbeyroadiana) no ha publicado ningún disco, no. Les explico.

Hace cosa de un par de años leí una reseña -¿en el ABCD las artes y las letras?- de un libro escrito por el profesor. Decía: ‘siguiendo corte a corte las canciones ... de los Beatles, J.L.Pardo se lanza a desentrañar los entresijos de la cultura pop sin gestos paternalistas y sin pretender reducirla a una versión simplificada de la alta cultura, etc. etc.’ Sin perder un minuto, agarré mi caballo de acero y al galope me planté en la Central. Dejé la bici en el abrevadero y me di unas vueltas entre las góndolas hasta encontrarlo. Lo cogí, lo hojeé, lo olí (esto es importante). ‘Esto no es música’ (Introducción al malestar en la cultura de masas). Galaxia Gutemberg. Un buen tomo de 500 páginas. Nervios, excitación: lo dejé en su sitio, subí a los pisos de arriba, (es un rito inevitable), bajé, lo agarré, pagué y me marché triunfante.

En el interior de las tapas el libro trae, como esas novelas de viajes que incluyen mapas del lugar, un dibujo a línea de las siluetas de los personajes de la portada del sargento pimienta y unos numeritos en cada rostro que nos lleva a una leyenda con la lista de sus nombres, como saben, personajes de la alta cultura como Bernard Shaw, Aldoux Huxley o Marx hasta iconos populares como el gordo y el flaco, Marilyn Monroe, etc. Pues bien, el libro se agarra tanto a las canciones de los bitels como a cada uno de esos personajes para ‘desentrañar los entresijos de la cultura pop y bla bla...’ o más bien para confrontar ese choque que se dió en el siglo XX entre la alta cultura y la cultura popular o quizá la llegada al fin de la alta cultura a las clases populares a través de los medios de difusión de masas, o quizá la banalización o no de la alta cultura o quizá la pequeña revolución cuya proa fueron los cuatro melenudos. ‘¡Esto no es música!’ era y es el grito de guerra de los ‘padres’ que no entienden lo que escuchan sus hijos. It’s always the same.

En fin, el libro trata de esas y de muchas más cosas, es una pura historia occidental del siglo pasado, con momentos muy lúcidos e historias que, más allá de lo anecdótico, te enganchan desde el minuto uno. Ejemplo: las vidas paralelas de Sissi emperatriz y su asesino, el anarquista italiano Luigi Lucheni. Algo increíble pero cierto, toda una metáfora del encuentro entre la alta cultura y el pueblo bajo. Por supuesto, también hay digresiones sobre el platonismo invertido nietzschiano, pero no se apuren los legos en la materia como yo: si se les hace bola pasen página, que luego seguro llega una divertidísima anécdota de Charlot, que por lo visto imitaba a Dan Leno, otro ‘payaso’ inglés del XIX con bigotito (sí, el mismo que imitó posteriormente Hitler, qué suerte macabra), o la fantástica teoría del ‘offbeat’ en la música negra americana (no lo explico aquí por cuestión de espacio, que si no luego me regañan). Por supuesto, también hay mucha letra de canción bitel y un conocimiento profundo de un repertorio asentado en un hemisferio del cerebro junto a Platón, Aristóteles, Kant y todos sus colegas.

Como no tengo video para ilustrar la entrada, aquí les dejo con un breve texto que he picado para ustedes:

"A veces nos preguntamos por qué las canciones de los Beatles parecen perfectas. Ellos escribieron y tocaron grandes canciones, pero también produjeron muchas niñerías y baratijas, y no es menos cierto que otros artistas también compusieron melodías muy hermosas. Lo que tienen de peculiar las de los Beatles, lo que las hace incomparables, es que al escucharlas no oímos solamente 'buenas canciones', sino que estamos ante algo que habitualmente no se oye (porque no es audible): las reglas para hacer canciones de música pop. Desde la ingenuidad adolescente de los temas de pareja de los tres o cuatro primeros álbumes hasta la delirante libertad de exploración del blanco doble, pasando por incursiones y escaramuzas inventivas como Eleanor Rigby, Fool on the Hill, I am the walrus, Tomorrow never knows o Norwegian Wood, los Beatles, sin otra pretensión que la de la simple 'diversión' (pero divertir significa verter en moldes inesperados), produjeron uno tras otro los prototipos que aún sigue explotando la música pop y, de paso, inventaron el modo de ser de un grupo de música, de hacer clips, collages, cut-up, mezclas y separaciones (...)"

Eso es. Maravilloso. Este párrafo sintetiza de manera brillante lo que intento expresar con mi presente blog. Por cierto, José Luis Pardo escribe hoy un artículo sobre Ferlosio en El País. Échenle un vistazo si les apetece.

(Pequeños trucos a pie de página para lectores principiantes de filosofía: antes de comenzar a leer cualquier ensayo, tratado, etc., miren en el diccionario las palabras epistemología, ontología, tautología y cualquier cosa terminada en logía y verán cómo se hace todo más fácil. Es como cuando de pequeño uno tragaba la merluza rebozada junto con el yogur de limón para pasarla mejor.)

lunes, 23 de noviembre de 2009

Bitelsterix

Me llega a mi buzón esta viñeta de los inefables Asterix y Obelix (Gracias de nuevo a mis amistades que se preocupan por enriquecer este blog). Tengo que reconocer que los galos nunca me entusiasmaron especialmente -igual que Tintín, ese chico ambiguo de peculiar relación con su can-, pero bueno, les vamos a perdonar la vida por el guiño a los 4 de Liverpool. Es cierto, que sólo se reconoce físicamente a Ringo (que lleva un bonito laúd a la espalda, jajjaja!) y quizá a sir Paul, de prominente mentón. pero la reacción de las chicas del poblado es el inequívoco grito universal: ¡Hiiiiiiiiiiiiii!
Lo normal aquí y en la Galia.

viernes, 20 de noviembre de 2009

A veces sueño con Rickenbackers (III)

Qué bonita es la negrita de Lennon, todo un clásico. No lo digo por nada en especial, que nadie se dé por aludido.

En otro orden de cosas, voy esta noche a ver en directo al señor del video. Se llama Pascal Comelade. La verdad es que estoy ilusionado. No sé si Pascal tiene un hemisferio del cerebro ocupado con el repertorio de los Beatles. De lo que sí estoy seguro es de que tiene un hemisferio del cerebro ocupado por sardanas lisérgicas, con mucho pan tumaca alucinógeno y que, aunque no me vuelva loco -o sí-, me va a prestar muchas ideas para futuros arreglos de canciones.
No se pierdan el video. Estoy por introducir el solo de 'pajita' en mi repertorio. Ya les contaré.



miércoles, 18 de noviembre de 2009

Fiebre en las gradas

Además de leer el ABCD las artes y las letras, paso la sobremesa del sábado disfrutando de la Premier League por TV. (Ahh, no te pega nada, me dice un amiga. Vale, bueno, no sé, a mi me pega todo, o casi todo, dejen que me explique…) Tengo que decir que el fútbol me aburre sobremanera, especialmente la liga española, a excepción del juego del Barça y de la propia selección española… el resto, bufff. Pero en la liga inglesa hay algo que me engancha. No entiendo ni papa de fútbol, pero da igual; debe de ser el color verde eléctrico de los campos, la forma en que las redes cuelgan de las porterías, los cánticos de las gradas, la rapidez de los jugadores, la verticalidad del juego (toma ya, esto se lo he oído a Valdano o a alguno de esos), no sé, disfruto, me relaja, aflora mi cerebro reptiliano, me dejo llevar.


Un patriota, un idiota
Mi debilidad es el equipo del Liverpool, no se crean que por los bitels, aunque las filias tengan en común una raíz primitiva irracional. Veamos:
Yo, que me considero esa horterada que llaman ‘ciudadano del mundo’, me aburren los himnos, me asustan las banderas…
Yo, que me quedo con aquello de mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército…
Yo, muchas veces extraño o extrañado del país donde me ha tocado vivir/sufrir por causas del destino…
Yo... yo reconozco que me mola el spanish Liverpool. No es que me mole: es que me emociona el spanish Liverpool. Sí, doctor, I can’t help it. Pero, ¿por qué doctor? ¿qué he hecho mal? ¿es grave? ¿seré seguidor también de Fernando Alonso…? ¿sufro de patriotitis aguda?
No, no y no. Por favor, dejémonos de moderneces, ilustraciones o francesismo civilizado: estoy apelando a algo mucho más primitivo que todo eso, al canto tribal, a la raíz cultural, la lengua, lo cercano y, sobre todo, la contradicción humana, uno de los regalos más preciados que nos hizo la naturaleza y lo que me permite disfrutar con orgullo (ejem) de los logros de mi vecino carpetovetónico en el mercado extranjero. Cualquier manual de antropología básica me da la razón.

Bueno, vale, zoy epañol
Me mola que haya un tío serio llamado Rafa Benítez (en la imagen, en un marco barroco como si de un dictador de república soviética se tratara), alias el antiepañol de chichinabo y fanfarria, de cachondeo, fiesta y torito, entrenando a un superclub inglés. Y si me paro a analizarlo, sigo al Liverpool porque lo dirige ese palo seco y porque en su plantilla hay varios españoles buenísimos, Riera, Reina… aparte del anglo Gerard, (éste es inglés, sí, un imán carismático, un jugadorazo, amén de farras). Y me jode que me lo hayan medio desmontado llevándose a Xabi Alonso y a Arbeloa, -maldigo al Madrid una y mil veces, Benítez al día de hoy está en el aire-, aunque me sobrepongo con paciencia… porque siempre nos quedará Torres.

Towers
El kid es la repanocha (pronúnciese con la nariz tapada), vale que no es un gran modelo de Emidio Tucci, admito su falta de naturalidad, pero es el mejor delantero de Europa junto a Cristiano Ronaldo (y maldigo al Madrid una vez más por haber desmontado también al Manchester. Ahí se atraganten todos con sus millones). Eso está claro, no descubro nada. Sólo quiero transmitirles que este tío es espectacular en el campo; desde la grada se pueden escuchar las zancadas que da sobre la hierba. Es todo fuerza, habilidad y, sobretodo, fe. El es un creyente, ¡aleluya! Sí, Fernando Torres tiene fe: no hay más que ver el gol a cámara lenta que marcó en la final de la pasada Eurocopa. Puritita fe. Cada vez que me acuerdo se me saltan las lágrimas (perdón, me se saltan las lágrimas que diría una madre de folclórica). La zancada larga, el caracoleo entre defensa y portero, el toque final con la punta de la bota, in extremis, estirando como un boomer la pierna, una auténtica película de suspense ver entrar el balón mansamente en portería. ¡Gol!

The Kop
Pero, ya está bien, que esto no es blog sobre jurgol. Nada más lejos de la realidad. La cuestión es que un buen amigo me ha enviado el video que les he puesto abajo. En él sale la mítica – en ocasiones violenta- hinchada del Liverpool en el supuesto fondo ‘sur’ de Anfield, aquí denominado The Kop, en unas imágenes del año’64. Véanlo y luego me dicen. Estén muy atentos a partir del segundo 55’’. A mi me parece fantástico, algo gayer, incluso enternecedor ver a toda ese bunch of holligans cantando a pecho descubierto...



Y para posdatar, al hilo de esta entrada, no puedo menos que recomendarles un clásico titulado ‘Fiebre en las gradas’ de Nick Hornby (sí, el de Alta fidelidad). No me vale que no les interese el fútbol. El, como seguidor impenitente del Arsenal, les explicará de modo ameno y pedagógico el mecanismo irracional de nuestro lado emocional y la capacidad para el fanatismo del ser humano. Está en Anagrama.
¡Tengan buen día!

lunes, 16 de noviembre de 2009

Recuerda

Por si alguien se despistó, aquí EMI-Parlophone recordaba con esta publicidad que detrás de la broma estaban los cuatro chicos...

Como ven, también soy capaz de generar entradas concisas y directas: una imagen, pocas palabras, siempre acorde con los tiempos que vivimos. Ahora tomen aire si no han leído la siguiente entrada. Vayan adelante, fuerza, léanla, es tema harto interesante, no se desanimen. Cuando terminen pueden seguir con este buen artículo de Diego Manrique que hoy publica El País, donde habla de cómo nuestro cuarteto rasgó el telón de acero:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/lado/muro/elpepicul/20091116elpepicul_3/Tes

(Hace buen día hoy en el paralelo 40, meridiano 0 del hemisferio norte. Vuelvo en bici a casa, les deseo una buena tarde).

jueves, 12 de noviembre de 2009

W.Ch + Th.B = UK’s20th

No es la fórmula del condensador de fluzo ni la contraoferta a la teoría de la relatividad. No. Este binomio que yo mismo he ideado sintetiza de manera subjetiva y a título personal el siglo XX del Reino Unido, esto es: Winston Churchill + The Beatles. Vale, sí, la elección de iconos que representan al gran (ex) imperio anglosajón es reduccionista, subjetivo, falsario, idealista, minimalista y todos las listas que se les ocurran. Y mira que lo siento por Isabel, por su reina madre, por el gin tonic, por Aston Martin, por lady doDi y por Margaret –la dama de yerro-. Las cosas son así desde mi humilde punto de vista: ninguno de ellos explica tan milimétricamente lo ocurrido en ese país durante el último siglo como los dos elementos del binomio que propongo. Me explico.

Churchill, de ahora en adelante 'W'
W es un friki, uno de esos inadaptados que sufren en el patio del cole; jamás traga el estricto y castrante sistema educativo aristocrático inglés. Así que se planta en la adolescencia con un historial académico y social bastante lamentable. Estamos en 1895 y W decide entrar en el ejército. Se coloca en el regimiento de húsares (cómo mola la palabra húsar), que era algo así como un regimiento de caballería para ‘snobs’, esto es, seres de clase alta sin título nobiliario y aristócratas extraviados. Los cinco años siguientes son bastante trepidantes. Es destinado a la India y allí, en los ratos muertos que son la mayoría, aprende a través de los libros lo que no ha aprendido los 18 años anteriores... y comienza a escribir. Pero, sobretodo, descubre su lado guerrero: a W le gusta luchar, guerrear, pelear, es feliz en el campo de batalla, un tipo valiente capaz de liberar un tren apresado por el enemigo –esta vez en África-, ser detenido y posteriormente escapar de su encarcelamiento a través del desierto. Hazañas todas recogidas por los periódicos ingleses que ensalzan la figura de un jovencísimo Churchill cada vez más popular. Y sólo estamos al comienzo del siglo XX.

Tremendo personaje
A su vuelta a Londres como héroe nacional, W ya tiene planificado entrar en el proceloso mundo de la política. Su padre ya había sido ministro de economía de manera fugaz unas décadas antes. W se prepara para entrar en el partido conservador. Y así es como comienzan los más de 50 años de vida política de este monstruo de una cabeza –señora cabeza-. W surfea en el parlamento como un verdadero australiano en Tarifa, vé llegar la ola… y no pierde el tiempo: se cambia de partido si es necesario. Sí, es un chaquetero por su propio interés. Vamos a ver, para que lo entendamos al menos aquí en las españas: es como si Manuel Fraga –glubs-, habiendo sido ministro con Franco en los años 60, se hubiera cambiado al partido socialista para las elecciones del 82 y luego de nuevo al partido popular en el 96, y aún hoy fuese candidato por este partido para las siguientes elecciones. (Queridos historiadores, disculpen que haya dejado los matices para mis producciones musicales, sí, la comparación es extrema, pero reconozcan que de algo servirá a los lectores).

Momentazo W
Pero ya está bien de rollos patateros y lleguemos al quid de la cuestión. Estamos en el año 1940 y W es primer ministro. En los 40 años anteriores W ha sido parlamentario de a pie, ha ocupado varias carteras ministeriales, ha fundado periódicos, dimitido, acabado su carrera como político en al menos un par de ocasiones, ha pintado, ha escrito y mucho, ha construido con sus propias manos y pañuelo de cuatro nudos en la cabeza su propia casa, se ha casado con una mujer con la que será feliz y comerá perdiz toda su vida (sí, el guerrero es todo amor), ha renovado un sistema educativo del que se beneficiará Geoff Emerick (leer la entrada 'El señor de la izquierda'), ha querido declarar la guerra a Rusia en los años 20, etc. etc. etc. Vamos, que ha hecho de todo pero jamás de los jamases ha logrado su sueño: ser primer ministro. Y es en el 39 cuando se dan todas las circunstancias para que los ingleses confíen en el señor del puro. Las políticas de ‘Apaciguamiento’ del anterior primer ministro –Chamberlain- fracasan (sí, desgraciadamente, así es: esas que hoy se llaman ‘de buenrollismo’, somos todos colegas, venga Adolf, ¿hace un purito...?). Se declara la segunda guerra mundial y llega el momentazo W: el imperio británico se pone en manos del guerrero vocacional macarra a más no poder.

Que te pego, leches
W está un poco gordinflas, pero tanto como para comerse él solito el imperio... no sé. Él sabe lo que hay, que el ejército inglés está obsoleto, que no se ha renovado prácticamente desde la gran guerra y que el alemán es más grande, fuerte, poderoso y, lo más importante: es moderno. Durante todo el año 40, los alemanes bombardean las islas sin dificultad. Al principio se centran en las bases aéreas pero luego, oh error, se dirigen a las ciudades para minar la moral de la población. Mientras que todo esto ocurre, W mantiene el país en pie a base de frases ingeniosas y lapidarias que dan la vuelta al mundo. Para explicarlo mejor, imaginen dos adolescentes peleándose y uno de ellos está soltando golpes a diestra y siniestra mientras el que recibe responde todo chulo: ‘como te coja te mato... y tú más... que te voy a dar y verás’. Pues eso, a W le caen golpes por todas partes mientras responde con flema inglesa: ‘cuidao Adolf que la tenemos, que voy y te cojo del bigote, que luego lo vas a sentir...’, a sabiendas de que no había nada que rascar. De hecho, por un momento piensa lo inevitable: Roosevelt pactaría con Hitler el control sobre el Atlántico una vez invadidas las islas por los alemanes. UK está en bancarrota –y lo estaría por muchos años después de la guerra- y el imperio perdido cuando al fin los States deciden entrar en la contienda (ya en el ’41). Esa noche nuestro bonachón se emborracha al grito de ‘güi guón de güor!!’ (No pudo autoabrasarse con el inefable we are the champions, afortunado él que no lo sufrió).

I’m bored of the UK
Lennon nace en octubre del año 40. No es casualidad que su nombre sea John Winston. Ese año de 1940, la población inglesa confía religiosamente en W, tanto como para llamar con su nombre a sus hijos. (Lennon cambió la W por la Ono años después, ah, inglés ingrato). Pero en el ’45 con la guerra ganada ya es otro cantar: los ingleses, pueblo pragmático donde los haya, deciden quitarse del medio al hombre guerrero y W pierde las elecciones. Pero no se vayan todavía, aún hay más, porque este señor regresa de nuevo en los ’50 como primer ministro hasta que su coco deja de carburar. Ah, y le dan el premio nobel por sus memorias, etc. W muere en el ’65, totalmente senil, parece que sus últimas palabras son: ‘¡es todo tannn aburrido...!’. Claro, seguro que el hombre no llegó a escuchar a los bitels. Probablemente le habrían horrorizado –no olvidemos que W era hombre del siglo XIX- o quizá no; un madrigal como ‘Yesterday’ es universal y atemporal, capaz de hacer saltar las lágrimas a un cortesano de la época isabelina y a un replicante más allá de Orión al mismo tiempo. Se lo digo yo.

Back in the USSR
Bueno, y aquí es donde por fin entran nuestros chicos... the Beatles!!! No se me duerman, no les voy a contar la historia reducida sobre ellos, que vaya brasa que les he dado hoy. Simplemente me gustaría hacerles notar la importancia de los 4F en la imagen proyectada por el Reino Unido en todo el mundo. Frivolidades y chicas gritando aparte, -no digo nada nuevo-, la explosión de los Beatles puso de nuevo en el mapa a varios niveles –económico, social, cultural- a un país maltrecho que había abdicado su poder en las dos grandes potencias, USA y la URSS. Muy a pesar de la Thatcher, y con el permiso de la industria automovilística británica, la industria musical derivada de todo el movimiento de los sesenta se ha convertido en uno de los buques insignia de la economía británica y la gran influencia cultural en todo el mundo. Así ha sido en los últimos 40 años hasta hoy. Por eso creo que merecen ser el segundo elemento del binomio que propongo. Además, me gusta el hecho de que los dos elementos sean tan contrapuestos -uno longevo, el otro explosivo, uno gordo, los otros flacos, uno uno, los otros cuatro, (pero todos monstruos por igual), uno ying, otro yang ...- pero ambos vitales, siempre vitales y apasionados. Sin Churchill no habría Beatles, y sin Beatles no habría UK tal como lo conocemos. Ahí queda eso. (Nótese que, para que no se peleen, he separado a los dos machos alfa –W y Lennon- en el montaje de la portada hard days night que me he currado, por cierto.)

Haffner
Vale sí, lo reconozco: no soy un experto en Churchill ni en economía británica, simplemente cayó en mis manos este verano una bio escrita por el alemán Sebastian Haffner, hombre sabio donde los haya, que me enganchó sobremanera tanto por sus reflexiones brillantes como por su capacidad para ir al meollo de la cuestión. Esta entrada no es sino un resumen procaz de este libro que les recomiendo. Está en la editorial Destino y lo pueden encontrar fácilmente en su librería o biblioteca amigas.
(Lo siento, no puedo evitar recomendarles otro libro titulado ‘Historia de un alemán’,–un clásico del mismo autor-, un diario personal de su vida de juventud en la Alemania de los años 1910, ‘20 y ‘30, imprescindible para comprender el porqué de las cosas. Haffner se exilió en Inglaterra en el ’39, viéndolas venir. Sobre lo que ocurriría después ya tenemos la tristemente increíble pero cierta trilogía de Primo Levi... Pero ésa es otra historia.)

lunes, 9 de noviembre de 2009

¡Más madera...!

No he podido evitar abrir una nueva entrada al hilo de la beca bitel en la entrada inmediatamente anterior. Se preguntarán a qué se debe tanta excitación... bueno, pues, buceando en la web -estoy preparando un texto referente a Churchill y los Beatles que sin duda revolucionará el mundo del blog-, me he topado con la página de una tienda norteamericana que, amén de todo tipo de merchandaisin bitel, te confeccionan por encargo las chaquetas de la portada del Rubber soul, del concierto del Budokan, del Shea Stadium, de Hard days night... en fin, un mundo de color y fantasía que no se deben perder. La Budokan es hortera hasta decir basta, pero mola. Quizá yo me quede con la Crosswalk jacket de Abbey Road. Sí. Echen un vistazo, la página es fea de pelotas, pero merece la pena: http://www.beatlesuits.com/

Trajes de beatles punto com. También envían por correo la chapita de sheriff del Shea Stadium, el drum kit de sargent peppers hecho a medida de tu bombo, en fin... Estos yanquis están locos, locos!!

¿Manzana Mono o Estéreo?

La cosa se complica. En su cruzada por reactivar la economía mundial, Apple corp. y Emi se disponen a sacar al mercado una manzanita USB la mar de mona (ver imagen) con toda la discografía de nuestros amigos, edición limitada. Qué sin vivir para los bitélmanos recalcitrantes. ¿Qué hará R ahora? (Si no conocen a R, pueden leer la entrada ¿Caja Mono o Estéreo?). Las últimas noticias me dicen que compró la caja estéreo y que está ahorrando para la mono. Vale, sí, pero, ¿qué pasará ahora con la manzana? ¿Qué pasará y seguirá pasando con esos miles y miles de fanáticos que acumulan vinilos, casetes, cedés, tazas, relojes, estanterías, dildous, camisetas, rickenbackers... etc. etc. etc. con el sello bitel? ¿Tendrán espacio en sus hogares? ¿Dinero para mantener el ritmo del mercado?

Queremos respuestas y las queremos ya en forma de hechos contundentes, nada de retórica, sí ayudas tangibles y palpables...
¡¡¡Becas bitel ya!!!

jueves, 5 de noviembre de 2009

Gente que estuvo allí (II)

Abro este segundo capítulo dedicado a toda esa gente que vivió un momento bitel primoroso de primera mano con el testimonio único y original de mi compañera musical en Plastic d’amour, y sin embargo amiga, Blanca Lacasa. Ella misma se ha encargado de escribir el contenido de este post –vaya mi agradecimiento por descargarme de tanto trabajo-. Estoy seguro les resultará apasionante. Dice así:

Esta historia sucedió hace muuuuucho tiempo y, aunque no lo parezca, tiene relación con los Beatles. Sólo pido un poco de paciencia: como en las pelis buenas, la clave está en el desenlace final. Ocurrió hace una eternidad, cuando las discográficas tenían montones de dinero y se comportaban como hijos de millonarios gastándolo a troche y moche (haciendo presentaciones de discos planetarias, llevando a periodistas por medio mundo en business , alquilando garitazos para showcases...). Otros tiempos, vaya. Me tocó pues ir a entrevistar a Lenny Kravitz a ¡Miami! a su ¡residencia particular! (en realidad, una de ellas...). El motivo: el lanzamiento de un nuevo disco (cuyo nombre no recuerdo, creo que era el Lenny, pero no estoy segura).

(No puedo resistirme a escribir esta longaniza: ‘Lenny’, qué original título, cómo es posible, se rompió el cerebelo).

Llegada a Miami. Un calor asfixiante. Nos llevan en una especie de Hammer de lunas tintadas (lo dicho: a todo trapo) a casa del muchacho. Un bloque de hormigón gris que cualquier arquitecto de pro habría aprobado. En la puerta, varias motos y algunos coches (deportivo, ranchera, utilitario, en fin, lo clásico). Nada más entrar nos hacen descalzarnos (este detalle podría ser de escaso interés o habérseme olvidado si no fuera porque el soberbio dogo plateado de Lenny enganchó una de mis chanclas en sus fauces babosas y se dedicó a corretear por todo el jardín con el trofeo en ristre). Periodistas españoles, noruegos y de no sé donde más esperando turno, con los pies colgando sobre la bahía. Detrás de nosotros, la piscina y la casa, de inmensas cristaleras espejo. Él nos ve, nosotros no. Por fin me llega la vez. Entro. Un pequeñísimo y sonrientísimo Lenny me saluda. Recuerdo dos pin balls gigantes (uno de Kiss), una especie de sofá surrealista incrustado en la pared que daba una sensación de profundidad imposible, y la alfombra roja de pelos de una altura de casi un palmo (mis pies desnudos desaparecieron en la maleza). Tanta lisergia me da pis: unas compuertas a lo Star Trek dan la bienvenida a un galáctico aseo. El toque familiar lo pone el cubre rollos del papel higiénico: de ganchillo de Talavera (lojuropordios).

(Jajajajjajja, no sabemos si había cenicero de centollo vaciado)

Hacemos la entrevista en un incómodo sillón (modelo de esos que nunca he entendido en el que uno mira a un lado, y el otro, al otro). Al acabar el señor Lenny me ofrece tabulé y me dice que ya que parece que sé algo de música, me va a enseñar su pequeño estudio. Me hace pasar a un amplio espacio. Una mesa de mezclas de yo qué sé cuántos canales, una superpecera y su fastuosa colección de guitarras ("aquí están las que tengo al uso, las demás, las tengo en otro lugar"). Glubs. Yo tengo un mareo ya considerable. Y, entonces, entonces, me mira y me dice con sus ojos a media asta clavados directamente en los míos como platos: "y aquí la joya de la corona, la cuatro pistas con la que grabaron los Beatles". Tachááááán. La miro. Con veneración, arrobo e incredulidad. Es un trasto grande y tan poco sofisticado... No puede ser. Temo haber escuchado mal. Diosssssssssch. Lenny, dando por concluida la visita, se gira y yo aprovecho ese momento para, a cámara lenta, tocarla. Pasear los dedos de mi mano derecha por ella. Sí, señores, sí, sí, sí, yo he tocado la cuatro pistas de los Beatles.

Tatachiánnnn!!, la mítica mesa de grabación de 4 pistas –o, al menos, una de ellas- en la que posiblemente grabaron el sargento pimienta, el por favor, pláceme o el alma de goma. Esa especie de lavadora (ver imagen) con poco más de 5 potenciómetros por cuyos circuitos se deslizó la energía del monstruo de las 4 cabezas está en manos de Lenny. Sí, vale, quizá la envidia me corroa; acepten los paliativos:

1. Bastante me ocupa la lavadora en la cocina como para meter una segunda lavadora en el estudio. Además, es un cacharro viejo, seguro que inservible, Lenny es carne del síndrome de Diógenes, pobre desgraciado.

2. No soy fetichista.

También perdono a Lenny por ser unos de esos artistas que tienen un hemisferio del cerebro ocupado con el repertorio de los Beatles y aburrirme como a oveja desde el mamma said. Venga, no pasa nada.

Cierro este post con unos segundos de publicidad: Blanca Lacasa tiene un blog muy interesante que no os deberíais perder http://www.reflexionesdeuntapir.blogspot.com/
También podéis escucharla en http://www.plasticdamour.com/ y www.myspace.com/plasticdamour

martes, 3 de noviembre de 2009

Especial Beatles para programadores


Porque los programadores e informáticos también tienen su corazoncito -construído a base de ceros y unos pero, al fin, corazoncito- aquí adjunto un organigrama que puede acercarles a la sensibilidad bitel. Hagan clic sobre el mismo para disfrutar en detalle. Como ven, la fórmula logarítmica que explicará el éxito de la música de los de Liverpool está cada vez más cerca.
Por favor, no olviden cantar a voz en grito el nanananánanánaaa del final mientras repasan el java.

(Por cortesía de mi amigo Irri, que lo ha descubierto aquí... http://loveallthis.tumblr.com/)

Datos personales

Mi foto
Madrid, Spain
Es compositor, productor y arreglista en musicasdecamara.com *********** Aparte de su proyecto musical personal M A T E (www.matelaweb.com), Alberto es parte del duo Plastic d'amour, y colabora con Las Escarlatinas, Cristina Georgina y Beldivioleta. ****** Su trabajo más reciente ha sido la producción del libro-disco infantil 'Casi un musical' que será publicado en el sello SIESTA (www.siesta.es) a primeros de 2011. En él colaboran Irene Tremblay, Loquillo, Malcolm Scarpa y Jabier Muguruza. *******

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